En esta oportunidad la propuesta de Alexis Valdés es: Oficialmente gay, este artista que ha marcado un estilo peculiar en sus obras puesto que aunque haya salido de Cuba hace 20 años, haya vivido y trabajado en España por mucho tiempo, parece que no se ha movido nunca de La Habana.
Los cubanos que van a ver su obra, al comprar su entrada, en realidad compran un boleto que los traslada a su amado país que momentáneamente está allí en los espacios del teatro Trail de la calle Ocho de Miami.
La pieza es una comedia que relata las peripecias de un machista cubano que, para lograr el cargo de director de un hotel en Varadero, tiene que fingir que es gay puesto que la dictadura, en un intento de aliviar su historial de represora contra el homosexualismo, impone una ley que obliga a ubicar en altos cargos estatales a personas discretamente amaneradas o a simples locas de carroza, como le gustaría decirlo a Reinaldo Arenas.
En la trama, donde participan, la esposa del protagonista, su suegro, un coronel de las Fuerzas Armadas y un gay con balcón a la calle que será el mentor del aspirante a homosexual, le sirven a Alexis Valdés para plasmar un retrato de la realidad cubana hecho con un humor de altura, inteligencia y sabiduría, lejos de odios baratos y resentimientos. Y una cubanía sin pompa ni concesiones que traspasa el escenario.
La semana pasada, presentando a la función número 216, Valdés ha estrenado la segunda parte de su obra y lo hizo también a sala llena. En este segundo capítulo, los mismos personajes de Oficialmente gay tratan con humor en el delicado asunto de la emigración y el afán de los cubanos por salir de su tierra.
El coronel, el aspirante a gay, su mentor y su esposa arman una orquesta de mujeres para hacer uso del intercambio cultural con Estados Unidos, viajar y liberarse del régimen de los Castro. El público se acerca con curiosidad y alegría a una visión más amplia del panorama que dejó atrás, aunque la comedia de Valdés, sin dejar de serlo, se acerca en ciertos momentos a puntos que provocan en el publico asistente otras emociones distintas a la alegría: nostalgia por nombrar alguna.
Con información de Diario de Cuba
