Las nuevas medidas firmadas por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que permite a los ciudadanos estadounidenses comprar cigarro y ron cubano, fueron aceptadas por el régimen cubano mas no celebradas, pues la consideraron insuficientes junto a otras acciones que relajan el embargo.
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Pese a que la medida criticada e “insuficiente”, el régimen cubano se aprovecha para la construcción de una fábrica de cigarros de la compañía Brascuba Cigarrillos S.A en la zona de desarrollo económico del Mariel con el fin de incrementar la producción en vista de una posible explosión positiva en el mercado tabacalero.
La planta ocupará un área de 10.8 hectáreas y dispondrá de tecnología avanzada, lo que permitirá triplicar las capacidades productivas, que alcanza hoy los 4000 millones de cigarrillos al año, según reseña el órgano del Partido Comunista, el diario Granma.
Los inicios de los trabajos se hicieron frente a directivos del régimen y representantes brasileños de la empresa. Su meta es competir en el mercado internacional.