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Cuba: de potencia a desastre médico

Médico cubano

Mientras que en Cuba la atención médica a extranjeros en hospitales como el Cira García, en el municipio Playa, en La Habana, tiende a ser de primera línea, los cubanos que por algún motivo son ingresados en otras instalaciones médicas tienen que subsistir en edificios a medio construir y en condiciones críticas, que abarcan desde la falta de agua o corriente eléctrica en las habitaciones hasta la ausencia de medicamentos básicos para el tratamiento de cualquier paciente.

Como destaca el periodista Iván González, la crítica situación en que se encuentran la mayoría de las instalaciones hospitalarias de la capital y del interior del país, se suma a la apatía de los doctores y las enfermeras, que solo muestran una buena cara cuando reciben favores o algún regalo a cambio de su atención, de la que el Gobierno cubano hace alarde y la sitúa como una de las mejores en todo el mundo.

Y aunque parezca difícil de creer, no solo la falta de medicamentos en las farmacias, un problema que ocurre desde hace mucho tiempo y del que poco o casi nada se comenta en la prensa oficialista, afecta directamente a los cubanos, a esto se le suma la demora en los turnos médicos con especialistas o que requieren la presencia de un técnico que sepa manejar los equipos para hacer placas o estudios a profundidad.

Si bien es cierto que en la época en la que los soviéticos convirtieron a Cuba en su hija privilegiada y le dieron alas para crear la salud pública funcionaba con altos niveles de calidad, la realidad ahora es muy diferente y triste. De esos hospitales y policlínicos que el líder de la Revolución construyó en múltiples lugares hoy solo quedan las ruinas, y dentro de ellas, los enfermos cubanos.

Durante este período y hasta la actualidad, en donde la abundancia terminó en desesperanza, la cúpula castrista también sacó su provecho, intensificó la exportación de los servicios médicos, llegando a recaudar divisas que oscilan entre los 6.000 a 8.000 millones de dólares anuales, como señala González en su reportaje, en el que ahonda en este problema que se ha convertido en algo corriente para los cubanos.

De aquí se desprendió el problema que hoy aqueja a miles de cubanos que tienen que pasar la desagradable experiencia de estar enfermos, quedarse en un hospital antihigiénico que no cumple las regulaciones sanitarias establecidas y donde los médicos, los pocos que quedan después de que Cuba destinara unos 50.000 de ellos a trabajar en “países hermanos”, solo sonríen cuando la moneda convertible está de por medio.

Un editorial de Diario las Américas

Written by John Márquez

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