La apertura hacia la inversión extranjera del castrismo es un tema bien complejo, ya que su disposición ante todos los posibles inversionistas no es la misma. Así lo demuestra la reciente firma entre el régimen cubano y Rusia de un acuerdo de colaboración económico-comercial y científico-técnico que posibilita la creación de una empresa mixta dedicada a la producción de baterías acumuladoras, concretándose así el primer negocio conjunto entre entidades de ambas naciones en el campo industrial, informó este martes la prensa oficialista cubana.
José Gaspar Álvarez Sandoval, viceministro de Industrias de Cuba y su homólogo ruso, Georgiy Kalamanov, firmaron el acuerdo en el marco de la VI sesión del Grupo de trabajo del Ministerio de Industrias, e indicaron que la empresa que produciría baterías estará operativa a inicios del próximo año.
Según Álvarez, las relaciones empresariales para el desarrollo de inversiones, la colaboración y el comercio entre Rusia y la Isla se han desarrollado de forma sistemática en esferas como la metalúrgica, la construcción de maquinaria pesada, la aviación civil, el transporte, la industria química y la ligera.
Entre los proyectos comunes “encaminados exitosamente”, el viceministro cubano hizo mención al proceso de modernización aplicada a la siderurgia Antillana de Acero, proyectos asociados al ferroviario y la planta de fertilizantes, adicionales a la actualización de la industria textil, de calzado y química cubana.
Mientras que por la parte de Rusia, Kalamanov resaltó, en conversación con la prensa, que “son muy importantes los proyectos que nuestros países están desarrollando y estoy convencido de que muchos otros ministerios y empresas rusas seguirán sumándose a la colaboración con Cuba. El mayor beneficio lo obtendrá el pueblo cubano y su economía”, finalizó.
Con información de Granma
