Entre los momentos mas comunes para el encuentro social está tomarse un café, acto que resulta muy cuesta arriba para los cubanos. Esta dificultad se ha ido ampliando gracias a factores climatológicos, a la escasez de fertilizantes y pesticidas unido a las malas prácticas agrícolas. Por lo anterior, en los hogares cubanos el aroma de un buen café se percibe más en el recuerdo que en las tazas.
La cosecha cafetalera 2016-2017, que tenia pautado alcanzar unas 7,000 toneladas del grano, apenas se acercó a las 5,500 toneladas una cifra “que sigue todavía alejada de las necesidades que el país demanda para su mercado interno y la exportación”, asumió, Elexis Legrá, director de Café, Cacao y Coco del Grupo Empresarial Agroforestal del Ministerio de la Agricultura.
El régimen castrista se ha vuelto con el tiempo especialista en prometer cifras abultadas que nunca se logran o si acaso se medio completan, ya que gracias a su excusa primaria (el embargo) viven constantemente lavándose las manos ante sus incompetencias. En tal sentido, Legrá aprovechó para anunciar a medios locales de prensa que “para el 2020 se alcanzarán las 20 000 toneladas del grano” porque crecerán las áreas cultivables y “se aplicarán de manera mucho más generalizada los adelantos de la tecnología y la ciencia”.
Mientras llega ese momento Cuba tuvo que importar en el año 2014 café por un valor de $29,91 millones de dólares, y exportó el grano de superior calidad en apenas 5.36 millones de dólares, según información en el 2015 FAO Statistical Pocketbook.
La mayor de las Antillas exporta café de primera calidad e importa chícharos y café inferior para el consumo nacional que se comercializa a la población mediante la libreta de racionamiento. En las llamadas tiendas recaudadoras de divisas (TRD) un kilogramo de café cubano exportable cuesta 14,50 CUC, correspondientes a 362,50 pesos cubanos, haciendo irreal acceder a él ya que representa más de la mitad del salario mensual promedio nacional.
“Para Cuba la producción de café es estratégica si se tiene en cuenta que alrededor del 89 % de la población toma café de una u otra forma”
Aseguró Ramón Frómeta, el viceministro cubano de la Agricultura, según dijo a periodistas en La Habana.
Según datos de Frómeta los cubanos son tan amantes del café que “la media de consumo nacional es superior al 42 % estimado a nivel mundial”.
Más allá del dudoso dato del funcionario, la realidad es que desde hace ya casi diez años los cubanos de a pie, esos que no tienen la fortuna de recibir remesas de divisas desde el exterior, ni pueden comprar en sueños en las TRD, se ven obligados a consumir el llamado “néctar negro” mezclado con chícharo tostado, con la sombría firma de la incompetencia castrista.
Con información de Martí Noticias
