El tamaño importa. Por eso, Sami Tettinen, consejero delegado de Silver Airways, dice que el avión dispuesto por la aerolínea es del tamaño perfecto para aprovechar la reciente decisión de los Estados Unidos de liberalizar sus reglas de vuelos a Cuba.
En una reciente entrevista telefónica, Tettinen, oriundo de Finlandia, dijo que cree que la flota de plata de 23 turbopropulsores Saab 340B, de 34 asientos es del tamaño adecuado para prestar servicio entre Ft. Lauderdale, Florida, y las nueve ciudades cubanas, tras la autorización otorgada a principios de año.
También actualmente provee servicio a seis ciudades de la Florida y a ocho destinos en las Bahamas.
Silver también operó vuelos bajo los servicios aéreos esenciales, un programa federal que contrató con las líneas aéreas para proporcionar servicio a las ciudades rurales, desde los centros de Atlanta y el aeropuerto internacional de Dulles a las comunidades en Virginia, Virginia Occidental, Pennsylvania, Alabama y Mississippi.
Silver ha cerrado desde entonces su centro en Atlanta y ha dejado de atender a los estados del sur.
En septiembre, Versa Capital Management LLC, una firma de capital privado con sede en Filadelfia, anunció que había adquirido una participación mayoritaria de Silver, en sustitución de Victory Park Capital.
Pero su movimiento más dramático se produjo a principios de este año cuando se aplicó al Departamento de Transporte de Estados Unidos para volar desde cinco ciudades de la Florida a 10 destinos en Cuba. Ganó los derechos de volar a nueve, todos de Ft. Lauderdale, pero no pudo ganar el derecho a volar a La Habana.
Tettinen dijo que la decisión de la aerolínea de ir all in a Cuba se basó en su opinión de que Silver tiene el avión adecuado para prestar ese servicio.
“Cuando consideramos la demanda en Cuba a corto y medio plazo, nuestra opinión es que la capacidad que otros pondrán en estos mercados será excesiva. Así que si usted está volando con el [Boeing] 737 y [Airbus] 320s o 321s, creemos que las aeronaves no son adecuados para esos mercados “, dijo.
“Operamos en mercados donde otras compañías no quieren ir porque no hay suficiente demanda para llenar un 320 o 737”, agregó.
Momento de decepción
Reconoció que estaba decepcionado de que Silver no lograra los derechos de volar a La Habana. “Toda nuestra estrategia era prestar servicio a todos los destinos en Cuba, el mismo tipo de estrategia que tenemos en las Bahamas”, dijo.
Con su equipo de 34 asientos, Tettinen dijo que cree que la aerolínea “puede obtener factores de carga adecuados” para que el servicio sea rentable.
Hasta ahora, Tettinen dijo que las ventas han sido “desafiantes”.
Y a pesar de tener un acuerdo de código compartido con varias aerolíneas importantes, incluyendo JetBlue y United, a otros destinos, esos acuerdos aún no se extienden a ninguna de las ciudades con las que vuela la plata en Cuba.
Así, por ejemplo, eso significa que mientras que un pasajero podría comprar un boleto solo para viajar de Chicago a las Bahamas, necesitarían comprar boletos separados para volar en United a Ft. Lauderdale y en plata de Ft. Lauderdale a cualquiera de las nueve ciudades cubanas que sirve.
Teniendo en cuenta las regulaciones adicionales y la documentación involucrada en los viajes a Cuba, Tettinen dice que entiende por qué sus actuales socios de código compartido son reacios a extender su acuerdo. Él cree que esas preocupaciones se resolverán a medida que los viajes se vuelven más rutinarios.
Traducido al español desde Aviation Tribune
