Casas, carros, joyería y gustos extravagantes. Es así como viven familiares de los cinco espías cubanos de la red avispas que fueron liberados por el gobierno de los Estados Unidos tras el deshielo con Cuba.
Pese a pregonar la ideología socialista en la que satanizan el capitalismo, las personas mas cercanas a estos individuos gozan de los beneficios burgueses que proporciona ser un capitalista.
El periodista Mario Vallejo reveló la primera parte de un reportaje en el que resalta el estilo de vida de los familiares de los espías. Informa sobre el caso puntual de Tony, hijo mayor del espía Antonio Guerrero, a quien se le ve en las redes sociales disfrutando al máximo de los lujos que proporciona el “imperio” estadounidense.
A Tony se le ve en una playa de Cayo Santa María, uno de los sitios turísticos más costosos de la Florida.
Para el articulista Juan Juan Almeida, el dinero que utiliza Tony, así como muchos otros familiares de funcionarios del régimen, proviene de los recursos del pueblo cubano.
“Es a costa del dinero del pueblo porque ellos no tienen una entrada económica que pueda sustentar el estilo de vida que llevan”
Durante el reportaje, Vallejo relata los detalles de la lujosa vida que tienen los familiares de los funcionarios castristas, mientras el pueblo cubano se sumerge cada vez más en la pobreza y la desesperación.
Pero los lujos no sólo son fuera de Cuba, sino también dentro del país socialista. Maruchi, la hermana del espía Guerrero, es propietaria de un ostentoso estudio de grabación en La Habana llamado D’Debga.
Es importante recordar que este tipo de actividad por cuenta propia no entra dentro de las categorías permitidas por el régimen.
Ser familiares de los espías conlleva a tener beneficios que no todos los cubanos pueden tener.
“Si le permiten un estudio o determinado negocio que no entre en la categoría de cuentapropista, pero el día que te portes mal todo eso se pone en tu contra”
El estilo capitalista de estas personas significa una bofetada para el cubano de a píe que debe luchar día a día para poder llevar un bocado a su hogar.
Los cubanos que observan este tipo de acciones, califican a estas personas de “parásitos” y condenan que sean los recursos del Estado los que son utilizados para darse una vida fuera de Cuba.
