Hay un voto mexicano-estadounidense, un voto de Puerto Rico, y un voto cubano-americano, y así sucesivamente. Incluso esos son generalizaciones gruesas que ocultan importantes diferencias regionales y generacionales. Y, por supuesto, muchos miembros de estos grupos se niegan obstinadamente a volver a estereotipo. Pero por el momento estos grupos étnicos harán el trabajo.
La gente va a analizar las encuestas de salida durante las próximas semanas, y vamos a aprender más sobre el voto. Pero debe quedar claro que cualquier persona que se fue hasta el infinito durante las últimas semanas sobre una “oleada hispana en la Florida” que superará la fuerza del trabajo de votantes blancos de Donald Trump para ayudar a Hillary Clinton, como The New York Times dijo en la víspera de la elección, estaba hablando tonterías.
Sobre el único grupo de personas que se benefician de la creencia de que existe una política hispana unificada culturalmente son los que trabajan en grupos como La Raza, que viven de la ficción de que exista, o la esperanza de que uno va a entrar en siendo.
Que bien puede ser en el futuro, pero a partir de ahora, los diferentes grupos étnicos están motivados por diferentes factores. Los mexicano-americanos, al parecer, castigaron a Trump por decir que México nos envía “violadores.” Pero la mayoría estaban en los estados en el oeste. En Florida, las personas de origen mexicano representaban sólo el 15 por ciento de la población “hispana” a partir del último censo.
Cubano-americanos, por el contrario, castigaron a Clinton por apoyar a la apertura diplomática del presidente Barack Obama a la dictadura de Castro.
Después de dar respaldo a principios de leve a la apertura de los Castro, Trump a mediados de septiembre dijo a los cubano-americanos en Florida que iba a revertir las órdenes ejecutivas de Obama a menos que el gobierno comunista restituya las libertades políticas.
El 12 de octubre, los cubano-estadounidenses, veteranos de la fracasada invasión de Playa Girón en 1961, la Brigada 2506, dieron a Trump su primer endoso presidencial en sus 55 años de historia.
Eso fue suficiente para convertir un déficit de 33-41 para Trump entre los cubano-americanos en una ventaja de 52-42 a finales de octubre, según una encuesta de The New York Times / Habiendo dicho eso “los cubanos trajeron a Trump a la casa.” Y eso es importante, como los cubanos siguen a formar parte del león de la población hispana con un 30 por ciento en la Florida.
Puertorriqueños, que son importantes no sólo en el noreste, pero en el área de la Florida entre Tampa y Daytona Beach, no quisieron castigar a cualquiera de los candidatos demasiado.
Se estima que hay puertorriqueños que huyeron de la grave situación económica de la isla.Puesto que son ciudadanos americanos, llegan a votar tan pronto como llegan.
Bill Clinton ha cortejado el voto de Puerto Rico desde hace décadas, y Hillary Clinton hizo todo lo posible para conseguirlos. Su campaña corrió anuncios de radio en Orlando que no eran sólo en español, pero con voces en un acento puertorriqueño. Mientras que ella pudo haber ganado muchos de esos votos, está claro que no fue suficiente para ganar el estado.
Así que todo el mundo hablando un voto “hispano” o un voto “marrón” se limita a mostrar sus propios deseos para el país que mirar de esa manera. La realidad es que muchos cubano-americanos y puertorriqueños -en especial los de la Florida, tienden a pertenecer a las clases profesionales, no se consideran nada más que blanco.
Tampoco lo harían miembros de ninguno de los grupos se preocupen por la expulsión de los inmigrantes ilegales de Trump. Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses y los cubanos en los EE.UU. no son ilegales debido a la Ley de Ajuste Cubano, que permite a todos los cubanos que tocan la entrada segura de la tierra seca.
Por encima de todo, Clinton debe su desaparición en la Florida a Obama, que con soberbia marcó su apertura a Cuba más allá al permitir en octubre un voto de las Naciones Unidas contra el embargo estadounidense sobre Cuba y liberalizó las importaciones de puros y ron cubano. Su creencia ideológica en un voto hispano “marrón” le hizo no entienden el voto cubano-americano.
Desde hace mucho tiempo columnista del Miami Herald Andrés Oppenheimer escribió la semana pasada que Obama estaba convencido de seguir adelante con el voto tras un sondeo de la Universidad Internacional de la Florida que mostró que los cubano-estadounidenses apoyaron su apertura a los Castro.
El único problema era que la encuesta UIF incluyó a todos los cubanos que han emigrado a los EE.UU. desde 1960 hasta la actualidad. Si se observa según las olas que venían para el período 1960-1980, 1980-1994, 1994-2016 y, lo que se encuentra es que la friolera de 62 por ciento del primer grupo se opuso a la política hacia Cuba de Obama, mientras que sólo el 12 por ciento de este último grupo hizo .
Sólo hay una arruga que Obama ignora: el 97 por ciento de los ciudadanos en el primer grupo está registrado para votar. Entre el segundo grupo, un simple 43 por ciento.
“Me pregunto lo que Obama estaba pensando cuando liberó las sanciones al ron cubano y cigarros en gran medida simbólic votó a abstenerse sobre el embargo de la ONU, sólo unas semanas antes de las elecciones en Estados Unidos. ¿Cuál era la prisa que presionar el pedal normalización justo ahora? “, preguntó Oppenheimer.
En efecto. Generalizar sobre los votos hispanos, o incluso los cubano-americanos, es oro de los tontos. Mejor hacer un llamamiento a todos los estadounidenses con buenas políticas, en lugar de mirar el país como un mosaico de grupos.
Traducido al español desde The Daily Signal
