Vestida de la venezolana Carolina Herrera, Michelle Obama aparece en la portada de la revista Vogue, demostrando la gracia y la elegancia que caracterizó a quien fuese la Primera Dama de Estados Unidos, una de las más queridas – o quizás la más-.
La historia reseñada en la revista es producto del recorrido junto a Obama en los días previos a la elección presidencial, aunque tras el triunfo de Trump el significado de sus palabras cambió.
Tenga en cuenta la forma en que describe su papel como primera dama – una posición que Vogue llama “sorprendentemente maleable, en forma por la personalidad, el estilo y los intereses (o falta de ella) de la persona que lo ocupa.”
“Me podría haber pasado ocho años sin hacer nada, y en algún nivel, que habría estado bien”, dijo Obama. “Podría haber centrado en las flores. Podría haber centrado en la decoración. Podría haber centrado en el entretenimiento. Debido a que cualquier primera dama, con razón, llega a definir su papel. No hay autoridad legislativa; usted no está elegido. Y eso es un regalo maravilloso de la libertad “
Sin embargo, no fue solo lo que hizo. Se convirtió en una defensora de la educación, promoviendo además estilos de vida saludables y un ícono de la industria de la moda, caracterizada por respaldar a diseñadores emergentes con talento, lo que hará aún más difícil la despedida.
¿Qué piensa Barack de Michelle?
Obama no titubea en responder. “¿Quién se ve que ella es? La brillante, divertida y generosa por mujer que por alguna razón aceptó casarse conmigo. Creo que las personas gravitan en torno a ella, porque se ven en ella, una madre dedicada,una buena amiga y alguien que no tiene miedo de divertirse de vez en cuando.”
Traducido al español desde Huffington Post
