Ya cerca de finalizar el 2016, la estatal Oficina Cubana de la Propiedad Industrial (OCPI) ha contabilizado más de 1.000 solicitudes para registrar marcas y signos distintivos pertenecientes a compañías estadounidenses, reporta el diario El Nuevo Herald.
El número representa más del doble que el registrado en 2015, y supera enormemente el balance de 2014, justo cuando Washington y La Habana iniciaron su acercamiento. Según datos de Reuters, en 2014 apenas 78 marcas de provenientes de Estados Unidos se registraron en Cuba.
Han sido muchas las compañías estadounidenses que han inscrito sus marcas en Cuba desde la década de los 60, bajo la luz de una excepción al embargo; pero “las seis rondas de cambios en las regulaciones [de la Administración Obama] desde el 17 de diciembre de 2014 han sido un catalizador en los registros de propiedad intelectual de compañías de Estados Unidos”, aseguró John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba.
En el año 2015 se registraron marcas tan conocidas como Netflix, Hershey’s y Twitter. General Motors registró Camaro, Tahoe, Cruze y Buick, entre otras. Por su parte, Chrysler hizo lo mismo con sus modelos Compass, Charger y Challenger. Así mismo varias cadenas de restaurantes como Outback Steakhouse, Chick-fil-A, Bonefish Grill y IHOP realizaron los trámites necesarios.
De igual forma, Disney, Taco Bell, Uber y Starbucks, Chevron, Domino’s y Bank of America, Apple y Microsoft, son algunos de los nombres enumerados en los registros de la OCPI del 2016. MGM Resorts International, el imperio de casinos de Las Vegas, registró su marca en Cuba en enero de este año. Mientras Go Pro, Fossil y Abbott, en agosto. Siguiendo en la onda d las redes sociales, Instagram y Persicope fueron registradas en el mes de junio.
Sin dejar de nombrar a algunos medios de difusión, entre los cuales se encuentran MTV, Showtime, Dish Network, Comcast, Bloomberg, CBS y Univision.
Hasta el momento, hay más de 6.000 marcas de compañías estadounidenses en el registro cubano, según indica la Cancillería cubana.
El costo de registrar una marca en Cuba está cerca de los 1.500 dólares: aproximadamente 300 que cobra el régimen, más los honorarios de asesoría legal.
Por su parte, Robert Muse, un abogado de Washington con amplia experiencia en las leyes de Estados Unidos respecto a Cuba, aseguró que con las nuevas regulaciones impulsadas por la Administración del presidente Barack Obama, una cadena como Starbucks, por ejemplo, “podría rentar un local [en La Habana], contratar empleados cubanos y vender su café”.
“La parte cubana es la que pone el impedimento”, destacó Emilio Morales, presidente del Havana Consulting Group. A lo cual completó:
“En Cuba no quieren franquicias ni existe una ley de franquicia”
“En Cuba ni siquiera los cuentapropistas [trabajadores independientes] tienen personalidad jurídica”
En octubre, el castrismo desechó los planes de la empresa estadounidense Cleber de establecer una fábrica de tractores en la Isla. La compañía con sede en Alabama había recibido autorización de la Oficina de Control de Activos Extranjeros y del Departamento de Comercio para abrir la planta, pero a fin de cuentas el régimen le denegó su aprobación.
Kavulich aseguró que es ve muy probable que el interés de las compañías estadounidenses en registrar sus marcas en Cuba aumente a corto plazo, en busca de protegerse de las posibles acciones de la Administración de Donald Trump.
En cambio, Muse evalúa poco probable que el presidente electo revierta las medidas de acercamiento a La Habana, sobre todo desde que se permitió la presencia física de las empresas de Estados Unidos. Eso abrió la oportunidad para que la cadena hotelera Starwood Hotels comenzara a administrar hoteles en la mayor de las Antillas.
Trump “está en ese negocio” de los hoteles, recordó Muse.
En linea a lo anterior, Morales tampoco ve posibilidad de una marcha atrás en el acercamiento.
El presidente electo “tiene interés en Cuba. Varios de sus directivos fueron a Cuba a explorar las oportunidades de negocios”, destacó Morales. “Además, la parte más complicada ya la hizo Obama, que cambió en 180 grados la política hacia Cuba. Desde el punto de vista de los negocios, ya ese camino está trillado”.
Finalmente, según Morales, el régimen cubano “desaprovechó los años de Obama” desgastándose en exigir, entre otras cosas, el levantamiento del embargo. Actualmente, con la izquierda latinoamericana sufriendo un revés político tras otro y el respaldo de Venezuela cada vez meno significativo, Los Castro se encuentran en una encrucijada.
“Creo que la estrategia será presionar para que el Gobierno cubano se mueva hacia delante”, puntualizó Morales.
Con información de El Nuevo Herald