La editorial Aduana Vieja publicó recientemente una antología del periodismo cubano en el exilio. El libro, con prólogo del ensayista y editor Fabio Murrieta (Cuba, 1970), incluye piezas desde 1959 a la actualidad.
Según Murrieta, el volumen no es exactamente una historia del periodismo cubano en el exilio, sino un tributo al género y a la historia de sus protagonistas.
“La idea ha sido recuperar para el lector contemporáneo, el que está en la Isla, y el que vive fuera de ella, una serie de textos que le van a permitir conocer o reencontrarse con historias”
Dichas historias escritas la mayoría de las veces desde “un punto de vista privilegiado, por la libertad, la riqueza de matices y de fuentes, la claridad, el temple y la serenidad que aporta la distancia”.
Más de cincuenta autores dan forma a esta crónica construida a base de textos que, según su editor, conforman a su vez mundos independientes.
“Todos se abren a múltiples sentidos y bifurcaciones; todos nos hacen pensar y todos encierran y reclaman una pausa propia. Así pues, no hay necesariamente jerarquías ni órdenes de lectura preconcebidos. Es un libro que se puede leer como se lee un diario. Desde el principio hacia el final, o viceversa. Porque no hay más lógica que la de la libre asociación”.
Textos históricos, políticos y culturales, asì como artículos de opinión, crónicas y reportajes conviven en estas páginas que, por momentos, dan la sensación de haber sido escritas bajo la luz de una gran y única redacción.
“Si hay un mérito en este libro —concluye Murrieta— es de cada uno de sus autores y de los medios que hay detrás de ellos; a mí en cualquier caso, y como diría Gastón [Baquero], sólo me corresponde la culpa de haber intentado justo eso: un periódico sin fecha.”
Con información de Diario de Cuba
