El régimen cubano siempre ha presumido de su poder para convocar masas de gente a sus actos. Sin embargo en los últimos años, el poder de convocatoria de la dictadura comunista ha disminuido considerablemente.
De acuerdo con los cubanos, este “divorcio” de la gente con la revolución se debe a que ya no creen en el discurso de progreso e inclusión que por más de 50 años se ha hecho presente en Cuba y la situación política y económica es cada vez peor.
En la actualidad, son los trabajadores estatales quienes acuden a los actos del régimen y lo hacen bajo amenaza de despido.
“Ya el pueblo no cree en ellos, el pueblo ve las cosas y todo está peor”.
“La gente está pendiente es de sobrevivir a la difícil situación económica de este país. La gente dice ‘vamos al desfile pero ¿luego que comemos?”
Según algunos isleños, el régimen ha tenido que ofrecer licor gratis para que la gente asista a las marchas o de lo contrario es imposible.
Este divorcio político es también impulsado por la aguda escasez de alimentos que se vive en Cuba. El cubano de a píe prefiere emplear su tiempo cazando ofertas en alimentos que acudiendo a eventos políticos que no le dejan ningún tipo de beneficio.
Caso contrario a los trabajadores estatales, quienes deben acudir obligatoriamente.