Un tribunal de Nsanje, en el sur de Malaui, dictó hoy la sentencia condenatoria, una semana luego de haberlo encontrado culpable de participar en esta práctica “ilegal” y “dañina”. El sentenciado infectado con el VIH fue condenado a dos años y diez meses de cárcel tras reconocer que mantuvo relaciones sexuales con más de cien mujeres y menores, que desconocían que estaba enfermo, como parte de un ritual de “purificación”.
El procesado, conocido bajo el nombre de “la hiena”, tuvo relaciones sexuales con las víctimas en cumplimiento de una tradición casi extinguida en algunas zonas del sur del país y que está prohibida por el marco legal de Malaui.
Por increíble que parezca, según asegura, fue contratado por algunas comunidades para ejercer la “purificación sexual” de viudas, que según pide esta tradición deben acostarse con un hombre antes de enterrar a su marido o luego de tener un aborto.
Para completar su atrocidad, “La hiena” también tuvo sexo con adolescentes tras la llegada de su primera menstruación, a quienes se obligó a intimar con el acusado para marcar el paso de la niñez a la edad adulta.
El acusado, con 45 años de edad, fue detenido por orden del presidente de Malaui, Peter Mutharika, en julio pasado, luego de que la cadena británica BBC publicara una entrevista con él.
“La hiena” no sólo aceptó haber tenido relaciones sexuales con menores, sino que reconoció que no había informado a sus compañeras sexuales de que tenía el virus del VIH. Ante el caso, grupos activistas han denunciado que el juicio no se ha desarrollado en términos de justicia al haber sido ordenada su detención por el propio presidente del país africano y sólo ser sentenciado a dos años y diez meses de cárcel.
Con información de EFE.
