Los restos mortales del fallecido dictador cubano Fidel Castro fueron inhumados en una ceremonia sencilla, tal como había adelantado su hermano menor y presidente cubano, Raúl Castro.
“La tumba de Fidel tiene la forma de un maíz. Y yo me siento muy bien con esa cosa tan linda que han hecho con él, por que él se merece todo eso”, dice una mujer. Otro ciudadano cubano expresa que “la tumba le ha quedado muy bien porque lo pusieron junto con un gran hombre, que fue José Martí. Es algo que congratula al pueblo y a todos los compañeros que vengan de otras partes del mundo a visitarle”.
Las cenizas de Castro reposan junto con las de algunos de los principales nombres de la historia del país.
El recorrido final de la urna hacia el cementerio fue presenciado por centenares de personas que se situaron a ambos lados de las calles por las que circuló la caravana.
Más tarde las autoridades bloquearon el acceso al camposanto a casi un centenar de cubanos, que portaban retratos de Castro y profirieron gritos de alabanza al fallecido expresidente.
