Cada años, los cubanos creyentes de Changó comienzan desde muy temprano a sonar los tambores en honor a esa deidad que se sincretiza con Santa Bárbara, para los católicos.
Sin embargo este año resulto ser totalmente distinto, y esto se debe a la proclama de luto nacional por la muerte del dictador cubano Fidel Castro.
Según reseña el diario 14yMedio, aquellos que veneran a Changó tuvieron que limitarse a ofrendas florales y encender velas. En medio de las restricciones, pocos osaron tocar los cueros y entonar algún canto.
En la intimidad de las casas se hacen los rezos o se coloca algo de comida en un plato. Algunos han conseguido manzanas rojas, pero muy pocos han tenido a mano el ron o el aguardiente tan necesario para el festejo, después de que el Gobierno cancelara la venta de bebidas alcohólicas.
“La santa está seca” cuenta Raiza, una devota de Santa Bárbara y Changó residente en el populoso barrio de Jesús María en La Habana. La mujer asegura que en su zona “la policía advirtió que había que dejar los toques de tambor y las fiestas para después” y que “la gente ha aceptado ¿Qué va a hacer?”, cuestiona con molestia.
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