La compañía es vibrante, con un baile enérgico como un disparo, con una velocidad más sensual, DCC destaca con un perfil de movimiento muy propio entre las muchas compañías de danza contemporánea.
Bonn, Ludwigshafen, Karlsruhe, Ludwigsburg y Furth han sido algunos de los sitios donde la compañía madre de la danza moderna en Cuba se ha presentado a sala llena.
El público disfrutó, en una totalmente ocupada Bonn Opera, de una compañía que ha hilado el encuentro con éxito de coreógrafos internacionales sin negar, por otra parte, las raíces cubanas.
Tangos cubanos, del coreógrafo inglés Billie Cowie; Reversible, de la belga-colombiana Annabelle López Ochoa; se conjugan en el programa con obras de tres creadores nativos de DCC: El Cristal, de Julio César Iglesias; Cenit, de Laura Domingo; Mambo 3XXI y Matria Etnocentra, de George Céspedes.
A lo cual completó más adelante el crítico Alexander Walther, de Der nue Merker, Ludwigsburg,
En la coreografía de Cowie, Tangos cubanos, la danza se fue debajo de la piel en una pieza que logró producir momentos altamente poéticos.
Finalmente, por invitación de Su Alteza Real Carolina de Mónaco, Princesa de Hanover, y del director del Ballet de Montecarlo, Jean Christophe Maillot, la compañía protagonizará dos galas en el Forum Grimaldi de ese país, y así cerrará su ciclo de presentaciones del 2016.