El eminente cirujano español José Luis García Sabrido, apodado por Fidel Castro como el “Doctor Milagro” es el hombre a quien el ex dictador cubano le debía sus últimos diez años de vida.
García de autodefine como un “Tauro y duro” y se mantiene en forma a sus 71 años a base correr, montar a caballo y, hasta practicar el buceo.
Según el doctor madrileño, Castro – “fue extraordinariamente disciplinado”. Consciente de que ya nada estaba en sus manos.
García Sabrido, siempre fue un visitante habitual de las playas y los congresos médicos de la Isla, pero no fue hasta el 2006, cuando Castro deja el poder, que se convertía en el ángel salvador del anciano líder. Las cosas iban bien.
A Castro lo habían matado más de 300 veces, incluida la CIA, pero el médico español, tras hacerle un completo chequeo, había descartado tajantemente que su ilustre paciente tuviera un cáncer y afirmaba para el diario digital argentino Perfil:
No, no lo tenía… Fue operado de una enfermedad benigna que se complicó y que no revelaré. Pero sí puedo decir que tuvo cirugías de urgencia reiteradas y con complicaciones
Paulatinamente, desde el 2006, el ex jefe de cirugía digestiva del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, pionero en la unidad de trasplantes del centro médico, fue espaciando los viajes profesionales a su adorada Cuba.
Al menos dos veces al año viajaba a la nación caribeña para comprobar en persona el estado de salud de su amigo. La última vez, hace cuatro meses. El resto del tiempo seguía los pormenores a distancia desde Madrid. Las hemorragias y la desnutrición por las dificultades de su intestino habían desaparecido hacía tiempo gracias al certero tratamiento impuesto por el galeno en La Habana. La unión del colon con el recto, fruto de aquella operación fallida de los médicos cubanos, fue cicatrizando.
Para desconsuelo de los muchos que padecieron la represión de su régimen, Castro se encontraba estable, “sólo necesita mantenimiento”. Ya no padecía las hemorragias severas ni aquellas infecciones que lo mantenía postrado, casi moribundo. Al respecto,el Dr. García llegó a señalar:
No ha sido mi paciente más difícil, he tenido otros, anónimos, mucho peores. Fidel fue muy inquisitivo y con gran carácter, siempre me preguntó con detalle qué íbamos a hacer
Entretanto, el pronóstico de Sabrido coincidía con la información confidencial filtrada al mundo por WikiLeaks:
La enfermedad no es curable… (Castro) No morirá inmediatamente, pero perderá sus facultades progresivamente y se debilitará hasta que sobrevenga el fallecimiento
Y así fue, sobrevino el pasado 25 de noviembre, a las 10.29 de la noche.
No obstante, el hombre que durante una década logró mantener vivo a Fidel, sin embargo, no ha pisado La Habana estos días de honras fúnebres.
Sobre todo desde el encargo, in extremis, de que salvara al revolucionario más querido y más odiado, según reveló en 2008 al diario argentino:
No se imagina la cantidad de personas de los medios (de comunicación), la cultura y la política que he atendido
Por sus manos han pasado también Mariano Rajoy, Esperanza Aguirre Raúl Castro y su esposa, Vilma Espín, Hugo Chávez y el bailarín Antonio Gades.
Con información de msnnoticias
