El 4 de abril de 1980, la Embajada del Perú en La Habana fue invadida por más de 10 mil cubanos que querían irse de la isla. Ernesto Pinto-Bazurco Rittler era el embajador y decidió acogerlos.
Negoció directamente con Fidel Castro hasta la madrugada del 5 de abril y consiguió salvoconductos para que estos pudieran salir del país.
En una entrevista con el diario El Comercio, el diplomático da un breve resumen de lo sucedido en el marco del lanzamiento de su libro “Diplomacia y libertad”, texto en el que relata los hechos vividos esos días.
Pinto-Bazurco, afirma que él decidió acoger a los cubanos porque no le tenía miedo al régimen de Castro.
Primero, porque no le tenía miedo al régimen. En segundo lugar, porque actué de acuerdo con mis convicciones y con los intereses del Perú. En la Constitución del 79 el Perú se obligaba a dar asilo y protección.
Durante varias horas estuvo negociando con Fidel Castro la salida de los cubanos, intentándolo por todas las vías posibles a lo que. Describe al dictador como una persona con poder, inteligente y sin miedo a quitar una vida.
Una de las circunstancias más difíciles fue cuando Castro, luego de plantearle el asunto desde el punto de vista jurídico, me dijo: “Bueno, pero hay una diferencia bien grande, yo sé matar, tú no”. Ese era el poder real.
Al escuchar tal respuesta por parte de un “jefe de Estado”, al embajador asegura que quedó perplejo.
Me quedé muy conmovido con esa frase y después de unas horas volví a retomar la negociación y se me ocurrió la respuesta. Le dije: “Mire, matar es muy fácil, hasta los animales matan, pero mantener a una persona con vida es mucho más complicado”.
Leer la entrevista completa en El Comercio