Por lo menos 60 años de atraso ha tenido Cuba en materia de automovilismo. El antagonismo entre Washington y La Habana representó un estancamiento en 1950, porque por las calles cubanas son los automóviles de esa época, los que ves circular.
Es por ello que Infiniti Q6o decidió aprovechar esta oportunidad, de “virginidad” de nuevas tecnologías, para traerse su nuevo vehículo a la capital cubana. El rojo Q60 es el primer automóvil estadounidense registrado en Cuba desde 1959.
Sin duda alguna resaltará entre los sedanes americanos de los años 50 y los vehículos rusos.
El director de diseño de Infiniti, Alfonso Albaisa, fue el encargado de conducir por primera vez el vehículo en la isla. Creció en una familia de exiliados en Miami por lo que este hecho posee un verdadero simbolismo par Albaisa. Por primera vez visitó el país natal de su familia y logró conocer obras de su tío abuelo, Max Borges-Recio.
Este vehículo está muy alejado de los conocidos por los cubanos. Motores turbo 2.0, cuatro cilindros con 400 caballos de fuerza. Además cuenta con un sistema de dirección por cable sin conexión mecánica entre el volante y la carretera.
La revisión de este vehículo no podría hacerse como comúnmente reparan los cubanos sus vehículos: en su garaje.
Sin embargo, Cuba continúa siendo una tierra de fantasía para los aficionados del automovilismo, donde no solo correr en sus calles sino deslumbrar con innovadores vehículos, seguirá siendo un propósito.