La Mesa de Diálogo entre el gobierno venezolano y la oposición surgió con un sólo ganador, Nicolás Maduro. Y es que el autócrata hijo de Hugo Chávez, inició los procesos de diálogo como una manera de calmar la presión de calle que habían generado los opositores y sortear el referendo revocatorio para evitar su salida del poder.
Ahora, el régimen de Maduro se ve como el gran ganador del proceso, mientras la oposición pierde la confianza de la mayoría de los venezolanos al no saber como manejar las exigencias hechas al régimen.
Según reseña El Nuevo Herald, la oposición sacó muy poco del proceso de diálogo sostenido bajo auspicio del Vaticano, más allá de la selectiva liberación de un puñado de presos políticos.
el ex diputado Nelson Chitty La Roche, expresó que la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no logró llenar las expectativas de sus seguidores.
“La oposición perdió confianza y generó desconfianza entre sus huestes, y demostró no estar en capacidad de ofrecer una respuesta cónsona con las expectativas de que en un momento había levantado”
El régimen chavista, en cambio, obtuvo casi todo lo que quería pese a haber entrado en este capítulo en una situación de gran desventaja, incluyendo desactivar la presión generada sobre el chavismo por la decisión de suspender el referendo para revocar el mandato de Maduro.
También logró dejar de lado los preparativos para emprender una jornada de masivas manifestaciones en el país y los planes de la Asamblea Nacional de destituir a Maduro
Oswaldo Ramírez, presidente de la firma ORC Consultores, afirma que la más importante conclusión de todo este proceso es que “Maduro logró terminar el año 2016 en el cargo”.
“Todo ese tema alrededor de la salida a través del referendo revocatorio, y luego de que el diálogo iba a provocar su salida, se vino abajo. Maduro, aquí, se anotó varios puntos a su favor en este juego”.