Cuando se dijo hágase la corrupción, el movimiento de izquierda levantó la mano. El escándalo de Odebrecht, principal inversionista del puerto de Mariel, compromete las funciones de la promesa industrial.
La corrupción comprobada en la compañía brasilera obligó suspender el financiamiento de proyecto en Cuba. Esto no solo salpica a la isla, sino otros proyectos de infraestructura en América Latina.
La referida Zona Especial de Desarrollo es uno de los más atrayentes intereses de la isla actualmente para la inversión extranjera, que se presume podría levantar la economía cubana.
En las investigaciones han estado implicados inclusive funcionarios del Partido de los Trabajadores, adonde pertenecen el expresidente Lula da Silva y la recién depuesta Dilma Rousseff.
En el caso de las obras del Mariel, se estima que Odebrecht ya ha gastado unos 832 millones de dólares. Otro millón y medio de dólares aproximadamente habrían sido utilizado en los sobornos.
Con información de O Globo
