La fiesta sigue y es que la muerte de Fidel Castro ha elevado el aliento del exilio cubano, separado de su hogar por la vida y obra del tirano. La pequeña Habana de Miami se abre no solo a continuar festejando su muerte sino a respirar anhelando el cambio a Cuba. ¿Ayudará esto a sanar cicatrices?
El café Versailles ha vivido todo el proceso, donde no solo exiliados cubanos sino de diferentes países, se reunieron a festejar la muerte del tirano, gritando libertad y anhelando esa “Cuba libre” que tanto sueñan los isleños.
“Quiero que las cenizas de Fidel sean arrojadas en el mar del estrecho de Florida, donde tantos cubanos murieron por huir de la dictadura”, dijo una mujer rodeada de carteles en los que se leía “No celebramos una muerte, celebramos la libertad” y copias de portadas de diarios locales con el titular “Muere Fidel”.
Integrantes de la agrupación opositora Damas de Blanco también han caminado desde Miami, pidiendo la unificación de todas las organizaciones del exilio por un bien común y mayor: la libertad
“Es utópico decir que en dos días o tres meses caerá (el castrismo), pero será diferente, porque el símbolo, un ídolo, se murió y no será lo mismo” manifestó María Elena Alpizar, cofundadora y portavoz del grupo Damas de Blanco.
Con información de Semana News