Hay una viciosa red de tráfico humano (coyotaje) que se teje en las Grandes Ligas con sus mejores jugadores. Inicia en los jugadores, jóvenes promesa de la pelota que buscan huir de la pobreza que embarga a la isla, termina en los equipos de la liga profesional que pagan enormes contratos para lograr ficharlos.
En medio de ambos, existe un mundo de contrabandistas dispuestos a llegar tan lejos como sea necesario en sociedad con Los Zetas, uno de los carteles más peligrosos del mundo.
Según reporta CNN Dinero, al menos 25 jugadores cubanos han sido llevados a Estados Unidos desde 2004. Esto fue revelado a través de más de una docena de documentos judiciales investigando a contrabandistas.
Estos jugadores han tenido que pagar a sus contrabandistas más de 11.4 millones de dólares de sus salarios. Hablamos de esclavitud en pleno siglo XXI.
Un refugiado cubano aterriza logrando un acuerdo de millones de dólares. Algo que resultaría conmovedor si detrás de esto no estuviesen contrabandistas lucrándose del pago de la MLB. Inclusive investigaciones han revelado que familiares de las promesas del béisbol son retenidos como garantía de que los jóvenes firmen el contrato.
Ejemplo de esto fue Yasiel Puig, quien logró llegar luego de pasar un calvario a través de México y concretar un acuerdo de millones de dólares con los Dodgers de Los Ángeles. Detrás de esto, se ocultan las casas de seguridad del cártel, donde se retienen a los jugadores para que no intenten escapar.
Esta trágica realidad no es admitida por el béisbol públicamente. Sin embargo para el mes próximo nuevas pruebas expondrían aún más los casos, cuando Bartolo Hernández, agente deportivo sea enjuiciado en Miami por su supuesta vinculación en el contrabando de 17 jugadores cubanos.
Yoenis Céspedes y José Abreu también se encuentran en la lista de testigos. Aunque la defensa de Hernández niega los cargos que recaen sobre el agente denominándolos como “pura ficción”.
El origen de la tragedia
Aunque el béisbol es el deporte nacional de los cubanos, como todo en la isla se encuentra devaluado. Fidel Castro eliminó el deporte profesional y aunque hay tanto talento en la isla, reconocido dentro y fuera de ella, la recompensa monetaria no se corresponde.
Un salario de 56$ compite con millones de dólares fuera de Cuba. ¿Atractivo, no?
Que un jugador pueda llegar a Estados Unidos no es sólo la oportunidad de tener libertad, sino de asegurar su futuro y el de toda su familia, aunque deba dejarlos atrás.
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A su vez esto significa que los cubanos que llegan como refugiados – como cualquier otra persona en los Estados Unidos y Canadá – y están sujetos a proyecto de la MLB. Ellos son escogidos por un solo equipo. Sin el poder de negociación, a los novatos les ofrecen de salario mínimo $ 500.000.
Los jugadores internacionales no están sujetas al proyecto, sin embargo. Ellos pueden negociar con cualquier equipo que designen y pueden enviar nuevas propuestas de contrato.
Aquí es donde entran los contrabandistas
Entran a través de México con documentos de inmigración falsificados, según varios casos señalados por los fiscales federales. Como supuestos “residentes en México,” califican como jugadores internacionales y pueden negociar contratos de agencia libre con equipos de la MLB.
Todo el mundo parece ganar. El jugador recibe un disparo con un sueldo inflado. Contrabandistas obtienen un enorme recorte. MLB obtiene sus jugadores estrellas. Pero todo el proceso sirve de ingresos a redes violentas dedicadas al tráfico de personas.
Con información de CNN Dinero
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