En época de deshielo, Cuba se ha abierto al mundo libre. Con los mejores augurios y ante los ojos del mundo la Isla comunista se abrió al intercambio de los vuelos comerciales con EEUU.
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No obstante, las aerolíneas pronto evidenciaron menos pasajeros y más viajes con asientos vacíos. Esto condujo a una reducción en la frecuencia de sus vuelos hacia Cuba, entre estas se ubicó American Airlines.
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Los cruceros hicieron lo propio. El primero fue el barco ‘Adonia‘ de Fathom, filial de la empresa estadounidense Carnival, que zarpó desde el puerto de Miami y arribó a La Habana con cerca de 700 pasajeros a bordo dirección a Cuba.
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Carnival Corporation se convirtió así en la primera compañía de cruceros en navegar desde Estados Unidos a Cuba en más de 50 años. Hasta ahora, el ‘Adonia‘ ha sido único crucero estadounidense que ha tocado tierra cubana después de décadas.
No obstante, según revela hoy el diario 24 Minutos, otras empresas como Royal Caribbean, Pearl Seas Cruises y Norwegian Cruise ocuparán este nicho de mercado en 2017 –a partir del 1 de mayo– a pesar de las amenazas de Donald Trump de revertir la política de deshielo hacia la isla impulsada por el anterior presidente, Barack Obama.
En total seis líneas de crucero han recibido el permiso de Cuba para viajar a la isla a partir de 2017. Las otras compañías autorizadas son Oceania Cruises, Regent Seven Seas Cruises, Azamara Club y Pearl Sea Cruises.
Y es que Cuba, frente a su reconocida y declarada recesión económica actual, se encuentra buscando desesperadamente nuevos mercados en el mundo, mientras cifra sus esperanzas en el aumento de la industria turística.
Cuba ha declarado un aumento en las cifras de los turistas que visitan la Isla. No obstante, la calidad de servicio que ofrece y sus altos costos, continúan amenazantes cual espada de damocles sobre el incremento de sus visitantes.
Al respecto, un artículo del diario Martí Noticias refiere que:
Vacacionistas de Canadá, el primer país emisor a la isla, han contraído gastroenteritis y cólera, o han fallecido por una pobre atención, o una deficiente respuesta en hospitales cubanos.