La corrupción de la izquierda latinoamericana se descube como una cebolla: capa por capa. Recientemente trascendió la supuesta vinculación del empresario de la Florida, Juan José Hernández-Comerma con un caso de corrupción del magnate venezolano Roberto Rincón.
La fiscalía de Houston lleva el caso en contra de Hernández-Comerma, quien colaboraba con otros personajes vinculados al magnate venezolano en presuntos sobornos de funcionarios de la empresa petrolera estatal PDVSA.
Se estima que Rincón percibió un total de mil millones de dólares a través de estos hechos de corrupción.
Para mantener estos negocios, empresarios implicados se prestaron para mantener negocios en representación de las compañías de Shiera y de Rincón.
El acusado Hernández junto con otros, incluyendo a Shiera y a Rincón, estuvieron dispuestos y discutieron: la necesidad de suministrar objetos de valor a funcionarios de PDVSA, la identidad de funcionarios de PDVSA que deberían ser sus blancos, los objetos de valor en particular que debían ser entregados a esos funcionarios, y la manera y mecanismos a través de los cuales serían suministrados”.
Hernández contactó a funcionarios de PDVSA y, junto a Rincón, Shiera y Millán, acordaron los pagos de sobornos basados en porcentajes del valor total de los contratos.
Luego esos fondos pasaban a las cuentas de los funcionarios, de sus familiares o de las entidades designadas por PDVSA para recibir la cancelación.
Uno de estos sobornos asciende a los 2,5 millones de dólares, según revela la investigación. Pero esto no queda así. Hay mucho más.
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información del Nuevo Herald
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