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‘Memorias’ de Juan Abreu: Cuba está más presente en quienes la dejaron atrás

Memorias de Juan Abreu - Debajo de la mesa
Memorias de Juan Abreu - Debajo de la mesa

Juan Abreu, escritor y artista plástico cubano presentó sus ‘Memorias’ una obra literaria que narra su juventud en la isla con la linea de erotismo que ha caracterizado sus piezas.

28 años de vida en la isla en tiempos de “revolución” le dieron a Abreu material suficiente para este relato autobiográfico que expresa las más crueles y dulces impresiones de lo que fue crecer en La Habana. 

Narra sin temor la importancia del amor y el sexo en momentos donde un dictador ordena y manda sobre tu vida y la de todo un país, del que logró salir cuando el éxodo de Mariel.

Abreu nació en el seno de una familia humilde, del barrio pobre de Poey en La Habana. Su vida, al igual de la de millones cambió dramáticamente cuando Fidel Castro tomó el poder en 1959, un régimen que derivó en fanatismo político, odio y frustración sexual, incluso de quienes integraban las fuerzas militares.

“La cortesía y los buenos modales se consideraban taras burguesas”.

Llegó el miedo, la persecución y el hambre por una escasez de artículos de primera necesidad que hasta el sol de hoy sigue presente e Cuba.

Recuerda su reacción cuando por primera vez pudo utilizar un champú en casa de la “enamorada de un privilegiado del régimen” o lo que sintió cuando ya en el exilio entró en un supermercado de Miami.

“Llevaba años aseándome la boca con bicarbonato de sodio o, cuando faltaba el bicarbonato, con jabón. Ante cientos de marcas de pasta dental, me eché a llorar”.

Cuba, un isla ‘sexual’

El sexo en Cuba es para el autor una forma de expresión en medio de una tragedia nacional que se ha extendido por casi seis décadas. Confiesa con libertad prácticas que aún en estos tiempos, sorprenden a más de uno.

Relata, por ejemplo, desde el encuentro con una adolescente a la que encontró masturbándose en el baño del funeral de su abuela (“Contra la muerte, supongo, se pajeaba la muchacha”) hasta las propias sesiones en grupo con sus amigos varones, excitados por la desnudez conjunta (“aunque esto no se reconocía jamás”).

Manifiesta que el sexo se practicaba en todas partes: en rincones de la calle, en sumersión frente a las playas… incluso se organizaban orgías en cuartos de las empresas más respetables. Además reconoce a la zoofilia como uno de los episodios habituales en su juventud en los años 60.

“El sexo con animales era bastante común y en modo alguno demasiado vergonzante. Cuando fui lo suficientemente hábil para convencer a una muchacha, las yeguas y las chivas desaparecieron totalmente de mi horizonte sexual”.

Sobre la persecución del régimen dictatorial a la homosexualidad, narra que todo es para ocultar una realidad que muchos no se atreven a admitir y quienes se sienten libres de hacerlo, son despreciados y tratados como “ciudadanos de segunda”.

“Cuba ha sido siempre un país machista en el que los homosexuales son seres humanos de segunda. En todo macho cubano, sobre todo si es militar, hay un maricón en potencia y allí eso se hacía evidente. Pero odian al homosexual que llevan dentro. Odian a los homosexuales porque se reconocen en ellos”.

“Lo importante es preservar mi humanidad. Y la única forma de lograrlo es escapando de esta pavorosa isla”, concluye más tarde.

Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de Perú 21

@mafermusa

Written by María Fernanda Muñóz

Periodista venezolana. ¿La mejor arma? Humanidad. Pasión se escribe con P de periodismo

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