El pasado 12 de enero de 2017, las cámaras de varios medios estadounidense enfocaron a José Antonio Batista Silva, el último cubano en disfrutar de los beneficios migratorios de la políticas Pies Secos/Pies Mojados.
Todos querían conocer la historia, los sentimientos y el pensamiento de este cubano que marcó pauta entre una era y otra.
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Batista Silva contó lo que significó para él haber sido el último. Pero lo que no dijo es como fue su vida en Cuba y las razones por las que decidió migrar a Estados Unidos.
El periodista Alberto Méndez, del portal CubaNet, decidió llevar a cabo una investigación sobre el pasado de este cubano que salió beneficiado por cuestiones de minutos.
La historia es incoherente. Pues Batista Silva es un “revolucionario” declarado, o al menos así lo confirman su familia.
Sus padres, Lidia Silva Cedeño y Antonio Saturnino Batista Fidalgo, son fidelistas declarados y dijeron lo mismo de su hijo.
“Él es revolucionario, igual que yo”, dijo su padre muy orgulloso.
Este licenciado en informática residía en Las Tunas, junto a su esposa Neleida Castro Polo, quien es militante del Partido Comunista de Cuba y delegada del Poder Popular en la zona.
Hoy se encuentra en Kansas junto a unos familiares que lo esperaban para ayudarlo a adaptarse a la vida en Estados Unidos.
En Cuba dejó un pequeña granja altamente productiva, que ahora quedó bajo la tutela de su esposa comunista y sus padres fidelistas.
Suena incoherente, pero es la realidad de muchos cubanos que van en busca del “sueño americano” para luego resolver un poco su vida en la Isla comunista, plagada de necesidades y crisis económica.
Más aún, de cómo Neleida Castro, esposa de Batista y revolucionara, acepta que este viaje al “imperio” luego de haber firmado un “compromiso con la revolución” tras la muerte de Fidel Castro.
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El periodista intenta indagar aún más en la situación de estas personas, pero ambos son muy herméticos, o mejor dicho no pueden decir nada por temor a que el régimen les quite lo poco que han cosechado.
Pero no, tal incongruencia no es difícil de imaginar: este sólo es un ejemplo de cómo los comunistas ejercen su “papel dirigente” sobre sus familias y sobre el pueblo de Cuba.
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de CubaNet
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