“Hay personas que tienen terror de que nos deporten” confesó Yosbany López, chef especialista en mariscos, integrante del grupo de más de 200 cubanos varados en un albergue de Caritas en la zona fronteriza entre Panamá y Colombia.
Quedaron varados en Panamá luego de que Nicaragua y Costa Rica les bloquearan la entrada a sus países y continuar su viaje a Estados Unidos ha quedado aún más complicado desde la derogación de la política de pies secos/ pies mojados.
Desde 2015, al menos 25 mil cubanos indocumentados atravesaron Centroamérica, lo que a principios de 2016 unió a Costa Rica, México y Panamá para establecer un puente humanitario, que permitió que los cubanos llegaran a territorio estadounidense. Sin embargo, estos países han manifestado que no será posible repetir un procedimiento como el desarrollado a principios de 2016.
Complejas circunstancias
En su mayoría, los migrantes cubanos que se encuentran en el albergue de Caritas son profesionales y desean continuar rumbo a Estados Unidos o Canadá, país que ha abierto sus puertas a los migrantes que huyen del “terror”.
Mientras, en el albergue de Caritas, la situación se complica. El espacio físico de la institución mantiene hacinados a los isleños, que duermen en colchonetas y según han referido, solo hacen una comida al día, pues comienzan a escasear los donativos enviados.
“El problema de la comida. Nos están tratando bien mal. Están entrando donaciones que no estamos viendo. Dan una sola comida al día” refirió uno de los cubanos entrevistado por Nex Noticias.
Han referido además que no huyen de la isla por motivaciones económicas, sino más bien políticas, pues en Cuba “no existen libertades” y temen que de ser deportados, el régimen cubano tomara represalias en su contra.
“Nosotros salimos de Cuba no por economía, por política, por persecución. Hay personas que tienen terror de que nos deporten” comentó López.
225 cubanos en el albergue, 35 fueron enviados a Colombia, país que los devolvió a Metetí,
