Como es bien sabido por propios y extraños, Cuba es uno de los lugares del mundo, donde trasladarse al pasado, es cuestión de ir y recorrer sus lugares por algunas horas.
Y es que la nación caribeña se mantiene inmóvil ante los avances del siglo XX y lo que corre del XXI, no obstante, algunos de sus pobladores,aún se preservan desde otrora, la pasión por las carreras de autos, que aunque son antiquísimos, se mueven.
Durante los años 50′ figuras legendarias se dieron a conocer en el Gran Premio de Cuba. El director de carreras de Porsche, Huschke von Hanstein,llegó a conducir en 1960 Porsche 718 RSK en el Gran Premio Libertad.
Sin embargo, Hanstein no fue el único conductor audaz que se atrevió a dar unas vueltas a toda velocidad en la isla, a él le siguieron personalidades como Carroll Shelby, creador del AC Cobra, quien manejó un Porsche 550. Otras leyendas del automovilismo como Graf Berghe von Trips, Edgar Barth y Stirling Moss también se agregaron a la amplia lista de la Fórmula Uno por La Habana.
Las carreras clandestinas de estos autos, que cuentan con más de medio siglo, dan el todo por el todo cuando le pisan el acelerador hasta el fondo en las viejas y abandonadas pistas de aterrizaje en las afueras de la capitalina ciudad o en una de sus calles menos transitadas.
Ahora, dado el alto índice de accidentes con saldo desastrosos, el régimen prefirió permitirlas, tal como se revela en el siguiente video.
Y aunque conseguir repuestos en la Isla no es fácil, mucho de estos terminan llegando desde Miami para lograr el cometido.
Eduardo Hernández, un competidor que declaró en una oportunidad para la cadena CNN Latino, aseguraba, con relación a su pasión por las carreras de autos:
Es una enfermedad. Es igual que el alcoholismo
Redacción CPEM /Con información de vistarmagazine