Tras el fin de la política Pies secos/Pies mojados por parte del gobierno de EEUU, los cubanos buscan otros destinos para escapar de la cercada isla.
Muchos cubanos, como José Alberto Pérez, han decidido partir hacia Rusia. Aunque a Pérez no le acompañó la suerte en aquel país. Él había prosperado como ‘cuentapropista’ en Cuba, importando ropa de Rusia. Pero una nueva norma del régimen castrocomunista limitó en 2014 la cantidad de mercancía que podía introducir y su negocio quebró, de tal manera que decidió irse a la nación euroasiática.
No obstante, en aquel destino también comenzaron a emerger otros problemas: conflicto en Ucrania, subidas de precios y el rublo por los suelos. Adicional, su matrimonio con una rusa terminó, una situación que lo motivó a irse para España.
Es una historia que se suma a la de muchos cubanos que para escapar de la miseria y la falta de libertades, han viajado en los últimos años hasta España vía Rusia, donde no se les exige visado. José Alberto estima que esto se va a incrementar porque los cubanos «Como están desesperados por salir de Cuba, muchos van a tratar de venir a España por Rusia».
NUEVAS LIMITACIONES
No obstante, esta ruta también es complicada, tras el cierre de la frontera húngara para frenar el flujo de refugiados sirios, y esta es la puerta de entrada a la UE.
Por este motivo, decenas de cubanos llevan meses varados en territorio serbio, en medio de un paisaje nevado muy distinto al calor caribeño que ofrece la mayor de Las Antillas. Al momento, 168 isleños permanecen en centros de retención de aquel país de la antigua Yugoslavia.
Tania Hernández, una cubana que viajó a Serbia junto a su familia el pasado mes de agosto tras vender su casa en La Habana y creyó que viajar España resultaba más sencillo que entrar en EEUU, apuntó:
Decidimos abandonar Cuba porque no había libertad. Estábamos cansados de la represión, era demasiado
EL TESTIMONIO DE UN CUBANO QUE YA VIVIÓ LA ODISEA
Mucho cubanos desean llegar a España para mejorar sus condiciones de vida y respirar libertad, pero, tal como lo cuenta José Alberto Pérez, de 47 años, el logro de esta meta no parece fácil.
La aventura de este cubano comenzó el 5 de marzo de 2015. Ese día tomó un vuelo de Moscú a Belgrado, llevando un billete de vuelta y una reserva de hotel falsos para fingir que solo iba de visita. «En Moscú hay cubanos que hacen negocio con esto y te meten en la cabeza que te van a dar asilo», aseguró.
Se dirigió con tres compatriotas a la ciudad fronteriza de Subótica e intentó entrar en Hungría a través del bosque. Una patrulla los capturó a 150 metros de la línea divisoria y contó:
Se asombraron de que fuéramos cubanos, porque por allí solían cruzar pakistaníes o afganos. Nunca habían detenido a un cubano
Tras un juicio rápido, les dieron cinco días para abandonar el país y agregó:
Pero a esas alturas ya no queríamos regresar a Rusia, y a Cuba mucho menos, así que volvimos a intentarlo
Contactaron con un ‘coyote’ serbio a quien llaman ‘El hermano’, que por 150 dólares les guió para atravesar la frontera. Les llevó a una casa abandonada y les dejó de madrugada ante una valla. Saltaron esa y otras dos alambradas y, arrastrándose por campos de cultivo y maleza, penetraron en Hungría. Caminaron diez kilómetros hasta encontrar a unos policías a los que dijeron que querían asilo.
CONDICIONES DEPLORABLES
Según relata, José Alberto Pérez tras pasar por un par de albergues, les llevaron a un campo de refugiados en Debrecen, donde las condiciones higiénicas eran deplorables y recordó:
Yo contraje fiebre, tenía 40 grados, y no me dieron ningún tipo de atención
Allí coincidió con otros cubanos y supo que en Hungría no les concedían asilo, ni siquiera a quienes militaban en organizaciones disidentes. En cambio, se corrió la voz de que en la República Checa se lo daban a todos. Así que se fue a Budapest y de allí hasta la ciudad checa de Brno, en cuyas cercanías había otro campamento y señaló:
No tenía nada que ver con el de Hungría, era como un hotel
Allí se reunieron hasta 45 cubanos, pero también les negaron el asilo por haberlo pedido antes en otro país. Las autoridades les ofrecieron una salida: si escapaban del campamento sin que la policía los detuviera, a los 18 meses podían volver y se les concedería. Así que muchos se marcharon.
Buena parte de ellos cogieron rumbo a España. José Alberto fue a Viena y de ahí a Milán, Marsella, Montpellier y Figueras, desde donde viajó a Madrid gracias a unos allegados cubanos que viven en la capital. Una mujer que había cruzado con él la frontera serbio-húngara acabó yendo en 2016 a EEUU, donde le esperaba su pareja, con lo que recorrió medio mundo para acabar a solo 150 kilómetros de Cuba.
Este cubano tiene planes de matrimonio con una española, Cristina y planea casarse en Fuenlabrada, aunque actualmente continúa en situación irregular y no puede trabajar de forma legal.
El número de solicitantes cubanos de asilo en España se duplicó el pasado año y según refiere el portal de noticias español El Mundo, este país registró 13 mil solicitudes de asilo en 2015 frente a las 5 mil 895 de 2014.
Redacción CPEM | Con información de abc
