Una serie del canal Telemundo 51 recoge la trágica realidad de Venezuela: el hambre es el más duro flagelo en 17 años de revolución. “Las voces del hambre” recoge duros testimonios de quienes a diarios se sortean cómo harán para llevarse el pan a la boca.
Elegir cuál de sus hijos deben comer en el día porque no tienen para que coman todos. Con una comida al día deben mantenerse familias enteras. Los “más afortunados” comen arroz con queso, porque en días enteros solo es el agua de maíz lo que calma el hambre.
Aunque los certificados de defunción no permitan registrar la realidad, es de hambre que niños están muriendo. No hay control de natalidad ni educación sexual lo que hace que todos los días nazcan niños destinados a la miseria y a la pobreza extrema.
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Buscando entre la basura es que muchos se alimentan. Multifamilias padecen de hambre en el Zulia, principal estado petrolero del “país rico más pobre del mundo”.
Este miércoles, la canciller venezolana habló ante la ONU asegurando que el gobierno que representa continúa velando por los “derechos humanos y proyectos sociales”. Aunque la respuesta de la FAO ha sido dialogar sobre la “compleja situación alimentaria”, la realidad para los venezolanos es que a diario mueran niños por desnutrición.
En Venezuela el salario mínimo es inferior a los 25 dólares al mes. La escasez de productos de primera necesidad ha agudizado la depresión económica. Las muertes por desnutrición no están siendo registradas por el interés del gobierno en ocultarlas. Mientras, cada familia conoce su propio registro. Con un niño que muera por hambre, el trabajo “en revolución” habrá dejado de hacerse, por lo menos eso han demostrado años de abandono.
Redacción Cubanos por el Mundo