La activista por los derechos humanos, Rosa María Payá, envió una carta al secretario general de la OEA, Luis Almagro, en la que pide que ese organismo internacional, condene las agresiones a las que son sometidos los disidentes y defensores de la democracia en la Isla.
Payá, asegura que los organismos del Estado actúan con total impunidad y que al condenar las agresiones, es una manera de que la comunidad internacional ayude a frenar la represión.
Según reseña el diario El Nuvo Herald, Rosa María lamenta la manera como a Almagro y otros diplomáticos de talla internacional, se les impidió la entrada a Cuba para participar en la entrega del Premio Oswaldo Payá: Libertad y Vida.
“las agresiones que el Ministerio de Relaciones Exteriores del régimen profirió contra su persona y contra todos nuestros distinguidos invitados extranjeros y nacionales”
La activista además tildó de “ridículas” las acusaciones del régimen contra Almagro y su persona, de estar propiciando actividades “anticubanas”.
El tono y los argumentos alzados para negarle la entrada al país y criticar su postura son aberrantes y dan cuenta del carácter totalitario del sistema imperante en la Isla
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Fracaso ¿de quien?
En la misiva enviada al secretario general, la promotora de la iniciativa Cuba Decide, afirma que el régimen se regocija diciendo que la entrega del Premio en honor al difunto activista fue un “fracaso”, a lo que respondió.
Mas, fracasado, está un sistema que se impuso por la violencia y la mentira y se ha mantenido a través del miedo y la represión. Fracaso, es haber hundido a todo un pueblo en la miseria y la desesperación y forzarlo a simular aprobación en el proceso. Fracasó una revolución que convirtió a una sociedad imperfecta y próspera y construida por emigrantes, en una población en estampida que decrece a golpe de abortos y despedidas.
Además reiteró las denuncias de homicidios contra su padre, Oswaldo Payá, a manos de la Seguridad del Estado cubano.
Asimismo, Rosa María informó que aparte de Luis Almagro, Mariana Aylwin y Felipe Calderón, también le fue prohibida la entrada al embajador checo, Sr. Martin Palous y a su asistente Vaclav Mali, así como a varios activistas de la Red Latinoamericana de jóvenes por la Democracia.
El Nuevo Herald reproduce la carta enviada por Respuesta de Rosa María Payá a Luis Almagro: