De acuerdo a cifras recientes ofrecidas por la Oficina Nacional de Estadísticas unas 678 entidades estatales cubanas desaparecieron durante 2012 y 2016, dentro de las que se encuentran empresas, unidades mercantiles, cooperativas y unidades presupuestarias.
Los números son alarmantes. De al menos 250 empresas registradas para 2012, a 2016 solo quedaron 1904. Las sociedades mercantiles descendieron de 5688 a 5400 y las unidades presupuestadas se redujeron desde 2382 a 2345 durante esos cuatro años, según reporta Martí Noticias.
“Al no tener solvencia económica tú no puedes subsidiar producciones y eso provocó que se cerraran muchas empresas, muchas industrias y que aumentara explosivamente el desempleo dentro del país”, dijo a Martí Noticias el economista independiente David Fernández.
Desde que el gobierno decidió ampliar el sector privado, en 2011, el intento fue reducir la plantilla estatal y minimizar el papel del Estado en sectores “menos estratégicos” para sus intereses. Entre esas medidas, aprobó resoluciones – algunas sin efecto – de darle mayor autonomía a la empresa estatal. Esto en teoría, habilitaba a directores para gestionar recursos y tener poder de decisión sobre las acciones y riquezas creadas. Pero la incapacidad para asumirlo, la carencia de materia y prima y diversos problemas, impidió el rendimiento esperado.
Los cubanos han sufrido las consecuencias.
“En la práctica, la toma de decisiones se ha concentrado mucho más arriba”, ha dicho el economista Mario Carbonell, al periódico Vanguardia, de Villa Clara.
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Esto era algo que podía esperarse como parte de la implementación de las tímidas reformas económicas de Raúl Castro quien aseguraba que la empresa estatal debía modernizarse y convertirse en rentable.
En Villa Clara, por ejemplo, “desapareció” una UBPC conocida como Alejandro Rodríguez.
“A la masa trabajadora la reubicaron en la UBPC de La Piedra, que le queda mucho más lejos a los trabajadores y muchos por la lejanía se han ido a otros centros de trabajo”, comentó Ivar González.
En la opinión de expertos, la empresa estatal se vio forzada a la convivencia y mismas prácticas para las que eran eficientes y las que no, comenta Martí Noticias.
Por órdenes “desde arriba” los ministerios fueron sustituidos por otras entidades. Yoel Espinosa, dueño de una cafetería en Santa Clara, dijo que muchos de estas personas fueron a parar al sector privado.
“La solución que tuvo el Estado en su momento fue el trabajo por cuenta propia en sus diversas modalidades”, comentó Espinosa a Radio Martí.
Sin embargo, no fue suficiente. El avileño Roberto Valdivia dijo que muchos de esos desempleados continúan buscando trabajo.
“Se habla del cuentapropismo como si solucionara los problemas, pero es una cosa que está bastante controlada. No puede el cuentapropismo absorber toda esa cantidad de personas que sale para la calle”, estimó Valdivia.
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de Martí Noticias