La precariedad del sistema de transporte público en Cuba es bien conocida. Desde el año pasado, se ha esperado por la compra de nuevos ómnibus Yutong anunciada por la prensa oficialista, así como otras medidas que supondrían mejor calidad en el servicio. La pretensión de la Empresa de Ómnibus Nacionales, es que los autobuses posean un GPS para conocer su ubicación exacta para evitar que los conductores se detengan en lugares no autorizados para comprar productos o recoger pasajeros ilegalmente, que ocupan las unidades muy por encima de su capacidad.
Roberto Jesús Quiñonez, articulista de Cubanet, comenta que durante un viaje de Cienfuegos a Santiago de Cuba, confirmó que además el servicio también está perjudicado por las condiciones de las terminales de ómnibus interprovinciales.
Ejemplo de ella, la de Sancti Spíritus, tan pequeñas, que si dos o tres unidades coinciden en ella, los pasajeros carecen de espacio para permanecer cómodamente. En teoría, esto debería de solventarse una vez terminada la nueva terminal, que aun cuando tiene fecha de inicio, habrá que esperar a ver cuándo es culminada.
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El caso de Ciego de Ávila, que en otros tiempos poseía la terminal más moderna y hermosa del país, se encuentra cambiada. Según describe el articulista, a las 9 de la noche ya su andén estaba a oscuras y la oferta de cafeterías era escasa. No obstante, el servicio lento se topaba además con el maltrato al usuario, mala manipulación de alimentos y retrasos innecesarios.
El uso de los baños en las terminales ha empeorado. Son ahora cooperativas de trabajadores que s eencargan de su administración y han incrementado el precio de su uso en un 80 por ciento, ofreciendo el mismo servicio que antes, sin papel sanitario, toallas, o secadores de manos y solo en uno de ellos – Padre de la Patria- había jabón. Quiñonez por ello se interroga: “¿Cómo se justifica el drástico aumento del precio de un servicio que rinde pingües dividendos sin que el cliente reciba algún beneficio?”
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“Cienfuegos jamás ha tenido una terminal de ómnibus a la altura de su significación y belleza. La que existe en la calle Gloria entre las de San Carlos y Santa Cruz desde finales de los años sesenta del pasado siglo fue el antiguo edificio de la empresa de Obras Públicas y nunca colmó las expectativas de los cienfuegueros”
Durante el mes de octubre se iniciaron los trabajos de reparación y remodelación del edificio, del que se rumora servirá como terminal de ómnibus interprovincial exclusivamente mudando la intermunicipal a otra sede. Debía estar listo para el 20 de febrero, pero hasta el 23 de marzo, un mes después de la fecha prevista para su culminación, aún no se mostraba finalizado.
De acuerdo al reporte de Cubanet, la demora responde al retraso en la entrega de materiales, las losas del piso estaban defectuosas y pese al esfuerzo de los trabajadores, se ha generado un atraso considerable en la ejecución del proyecto.
Sin calidad de servicio
Mientras, el único salón de espera en funcionamiento recibe a los viajeros con reservaciones en Vía Azul, los que tienen reservaciones con la EON y los de la lista de espera. Los pasajeros prácticamente deben adivinar dónde deben chequear los boletos, que deben dirigirse al segundo piso y bajar con su equipaje hasta el patio de la terminal para abordar el ómnibus, en un recorrido de más de cien metros.
Además deben entonces esperar a la intemperie la clasificación del equipaje, para luego cargarlo hasta el ómnibus. Todo lo descrito sin consideración alguna en el precio del pasaje, las molestias al usuario parecen no ser un problema para los prestadores del servicio.
Pero esto no ha sido evaluado en quienes decidieron desarrollar el proyecto, siendo el baño público, el principal reclamo por los usuarios, al no poder usarlo o por falta de agua, o por otras razones.
Uno de los pasajeros, identificado como Gerónimo Dauzá Columbié, vecino de Palma Soriano, nos dijo: “Mi hijo vive en la Ciudad Nuclear —zona del Castillo de Jagua, a la entrada de la bahía— y tuve que salir de allí temprano para evitar contratiempos. Llegué aquí sobre las 11 a.m. y no pude entrar al baño porque está cerrado. Tuve que caminar seis cuadras hasta el Prado para ir al baño de un restaurante. Trabajo me costó pues decían que era para los clientes y no para la gente de la calle. Y mira como está el sol. Creo que debieron haber pensado en todas esas molestias”, concluyó
Aún Cuba continúa teniendo mucho trabajo por hacer en materia de transporte, servicio que debería dejar al usuario satisfecho, considerando que en ocasiones se trata de trayectos de hasta 14 horas de viaje y es una tarea pendiente que no solo se trata de adquirir nuevas unidades.
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de Cubanet
