María Antonio Amelia Marcos Alonso, de 86 años, falleció el pasado viernes 31 en Cuba. Por casi una década se desempeñó como presidenta de Central Asturiano de La Habana. Con su deceso se pierde uno de los eslabones de la comunidad asturiana en la isla.
“Con ella se nos fue el último referente que teníamos los asturianos en la isla, es una pérdida irreparable que nos deja muy apenados”, contó el actual presidente de la Federación de Asociaciones Asturianas en Cuba, Longino Valdés, en conversación con La Nueva España.
María, nativa de Beceña, en Cangas de Onís, llegó a la isla en 1962, desde esa fecha no se cansó de participar en el movimiento asociativo cubano y de ayudar a los compatriotas que buscaban una vida mejor a otro lado del océano.
“Siempre estuvo muy implicada con todos. Cuando empezó en el Centro Asturiano de La Habana no se permitían mujeres así que se incorporó al comité de damas. Nada la frenaba. Ejerció como presidenta hasta el última día”.
Marcos Alonso, hija menor de una familia de cuatro hermanos y huérfana de padre, su familia consideró que en Cuba podía tener un futuro más esperanzador que el que podía lograr en la Asturias de aquella época. Con tan solo cinco años, cruzó las fronteras de la mano de un tío paterno, que ya estaba radicado en la isla, donde pasó el resto de su vida.
Amelia es un fiel reflejo de la emigración de aquella época hasta la actualidad, vivió años de esplendor de vida en la acomodada cuba de los años 50 pero además la rudeza de la revolución y sus embates.
Por su dedicación a trabajo, el régimen cubano le concedió la “Distinción Fernando Chernard” y por su empeño a los emigrantes asturianos como españoles, recibió gran cantidad de reconocimientos, como el diploma al emigrante distinguido concedido por el Consejo de Emigrantes Españoles o los reconocimientos Gaspar Melchor de Jovellanos y el Miguel de Cervantes otorgados por la Federación de Asociaciones Asturianas de Cuba.
Redacción CPEM / Con información de La Nueva España
