La agrupación en Suecia señaló el pasado jueves, las nuevas relaciones que mantiene el régimen cubano con Suecia, al notar que desde hace tres años que se ampliaron las comunicaciones con la isla, no se ven ampliados los espacios en la sociedad civil independiente en Cuba, al contrario, siguen las represiones.
“Desde que los Estados Unidos, la Unión Europea, Suecia y varios otros comenzaron a trabajar más estrechamente con el Gobierno cubano en 2014, ni una sola reforma del sistema político o jurídico para promover los derechos civiles y políticos ha sido implementada”, cuestionó Erik Jennische, director de América Latina de la ONG en un artículo que publicó OmVärlden.
“Raúl Castro y la élite más joven que se prepara para tomar el poder en el país cuando el general deje el cargo a principios de 2018 se sienten fortalecidos por la legitimidad que les dan las nuevas relaciones internacionales y el silencio del mundo frente a la violación de derechos humanos”.
Entre las relaciones, el gobierno de Suecia propone tácticas con las que “podría orientar la política actual a una dirección más constructiva hacia Cuba”, con acciones para “contrarrestar la reducción del espacio para la sociedad civil”, enumeradas por la Agencia Sueca de Cooperación para el Desarrollo Internacional.
Jennische recordó que, en 2016, la Isabella Lövin, ministra de Cooperación Internacional sueca y Margot Wallström, ministra de Relaciones Extranjeras, redactaron un artículo que las nuevas relaciones con La Habana anunciaban un “deseo de cooperación y diálogo” entre las dos partes, y que incluía los derechos humanos.
Pero Civil Rights Defenders, sugiere que “el diálogo no es un resultado en sí mismo” y “todavía no está claro qué cambios el Gobierno Sueco quiere lograr con la cooperación con Cuba”. Además, insinúa que Suecia “aclare cuáles son los objetivos del diálogo y la cooperación y para cuándo haberlos logrado”. Por tanto, Jennische opina que si el diálogo no logra resultados, en términos de derechos civiles y políticos, antes de que se cumplan dos años, “Suecia debe romper” el acuerdo.
Redacción CPEM / Con información de Diario de Cuba
