Posiblemente, a bastantes personas el nombre de Eduardo Cardet no les diga mucho. Las autoridades castristas sí saben quién es y aquí, en España, la Fundación Paz y Cooperación le ha concedido el Premio Libertad de Conciencia en apoyo a su lucha por las libertades en Cuba, donde el régimen le ha impuesto una condena de tres años de prisión.
Cardet es un médico de 48 años, de Holguín, que tomó el relevo del fallecido Oswaldo Payá al frente del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) y del Proyecto Varela, con el que decenas de miles de cubanos pretenden reformar la legislación de Cuba para que pueda haber unas elecciones libres en ese país. Durante los días de luto nacional por la muerte de Fidel Castro, fue detenido y, el pasado 20 de marzo, condenado por un tribunal a tres años de prisión por un delito de atentado contra la autoridad por enfrentarse con un agente policial.
Amnistía Internacionalseñala en un informe que el delito no tiene ninguna relevancia jurídica y considera a Cardet “preso de conciencia”, lo mismo que calificó a otros tres disidentes presos que habían comenzado una huelga de hambre el pasado 7 de marzo. Se trata de las gemelas Anairis y Adairis Miranda Leyva y su hermano Fidel Batista Leyva, que abandonaron la huelga el 3 de abril,al ser liberados con una licencia extrapenal, después de haber sido condenados a un año de prisión por “difamación de instituciones, organizaciones y los héroes y mártires de la República de Cuba” y “desorden público”. Con ellos fue detenida y puesta bajo arresto domiciliario su madre Maydolis Leyva Portelles, porque la familia se había negado a guardar el luto de nueve días decretado por el Gobierno cubano tras la muerte de Fidel Castro.
Además, la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) ha denunciado que durante el mes de marzo se produjeron un total de 432 “detenciones arbitrarias” de “disidentes pacíficos” en distintos lugares de Cuba, que se unen a “once casos de agresiones físicas, ocho de hostigamientos y por lo menos un acto vandálico, acciones cometidas por la policía política y elementos parapoliciales a sus órdenes contra disidentes pacíficos”.
La realidad es que lejos de dar señales de apertura a raíz del acuerdo alcanzado con Estados Unidos para normalizar relaciones, el régimen castrista ha aumentado su presión sobre los disidentes.Todos los meses se producen cifras similares de detenciones, normalmente de escasa duración.
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