Caminar todo el día sin detenerse, esa es la orden que tiene los carretilleros en la Isla para evitar ser sancionados por las autoridades represoras que parecen estar siempre al asecho para colocar multas que van desde 700 a mil 500 pesos cubanos.
Sólo pueden detenerse para hacer una venta, de resto, si descansan cinco minutos, pueden ser multados algo que genera perdidas en su duro trabajo.
“Como en este caso que estoy descansando aquí en esa esquina y tengo la mercancía allí, llega un inspector y me quiere multar”, dice un carretillero.
El acoso del régimen contra vendedores de productos agrícolas parecen diversificarse por día.
“Nos multan con multas carísimas, que uno apenas se busca ese dinero. Parecemos unos animales, no nos dejan descansar”.
Ellos se sienten indefensos ante el acoso de las autoridades pues no tienen donde poner denuncias sobre los abusos.
“No tenemos derechos a reclamar, ni los decomiso ni las multas porque nada procede”.
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Ironía
Lo contraproducente de estas acciones por parte del régimen, es que los carretilleros aportan un importante servicio a las familias cubana además de generar empleos de mayor remuneración.
“Los trabajos aquí en Cuba son para los hijos de los dirigentes, y los demás nos quedamos por fuera. Cuba ha perdido mucho empleo”.
Otra de las ironías del régimen es que este tipo de negocios fue el tercero que más beneficios produjo en el país durante el 2016
Redacción Cubanos por el Mundo