En Cuba no hay quien se salve de la represión castrocomunista. En este caso, la víctima de los atropellos del régimen recaen en la persona de un artista de lo más original y particular, se trata de El Silbador de La Habana.
Aunque parezca increíble, este artista también ha cobrado lo suyo departe de la mano férrea de dictador y su séquito. Él brinda su arte en las empedradas calles de La Habana Vieja, pero esto no le parece bien al régimen y en consecuencia lo ha obligado a pagar severas y altas multas.
Este artista es uno de los exponentes más peculiares del arte urbano habanero. Él ha dicho “Me dedicaba a la lucha, a luchar mi moneda como todo el mundo, sin pedirle nada a nadie”, lo que hace este habanero es “alegrar a la gente con mi música”, tal como él mismo lo afirma. Lo ideal es darle a la gente alegría.
Pero la Oficina del Historiador de la Ciudad le limitan el permiso para que pueda ejercer su arte. Y en cambio, le han aplicado excesivas multas que alcanzan los mil quinientos pesos, y esto solo por mostrar su arte en la Habana Vieja.
No obstante, esto no ha sido una limitante para que este artista continúe exponiendo sus dotes y sonoridades al público que bien lo recibe en su tránsito por las calles del lugar y es que el arte no tiene fronteras, ni siquiera en las más acérrimas dictaduras.
Redacción CPEM
