Aunque los medios de información oficialistas divulgen todo lo contrario, la realidad es que en las cárceles cubanas se viven unas condiciones nefastas y los más atroces tratamientos que puede recibir un ser humano. Es una acumulación de hecho, ocurridos unos tras otros, que vulneran los derechos humanos de quienes, ya de por sí, padecen el castigo que supone la sentencia al ser privados de su libertad.
La situación queda en evidencia, cuando Jorge Cervante García, quien es coordinador de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) en Las Tunas, reveló los horrores y las injusticias, que tienen lugar en las cárceles cubanas.
Uno de los ejemplos que representa esta cruda realidad, fue relatada de viva voz por el cubano Josvany Rivalta Diez, quien prácticamente desde niño ingresó a prisión, apenas cuando contaba con 17 años de edad y, en adelante, transcurrieron 29 años privado de libertad.
Rivalta pasó por varias cárceles cubanas, estuvo en Camaguey y en el Combinado del Este, entre otras. Durante sus declaraciones, este cubano mostró cómo le amputaron los dedos de ambas manos y masacraron su abdomen. Adicionalmente, evidenció las marcas de los incontables golpes que recibió en la cabeza y en ambas piernas. En fin, son incontables las huellas de la heridas que reposan en el cuerpo de este hombre.
No obstante, este cubano manifestó que lo que más le duele, es que le realizaron una transfusión de sangre, donde resultó infectado con hepatitis. Durante su confesión, Rivalta no pudo contener las lágrimas y la desesperación que aun se evidencia en su rostro, quizás como en muchos otros de quienes esperarán por mejoras en las cárceles cubanas.
Redacción CPEM
