Cuando vives en un país tan atropellado como Cuba, es normal que de vez en cuando se necesite un calmante para controlar la ansiedad, los nervios o la depresión.
El clordiazepóxido es un fármaco muy popular entre los cubanos que buscan ese escape de los problemas agobiantes producto de la crisis, pero desafortunadamente la pastilla comenzó a escasear, algo que está generando un descontento notable en la población.
El portal Diario de Cuba reseña el caso de Yaquelín, una vecina del Cotorro, a quien le recetaron el medicamento hace 21 días para tatar su ansiedad, pero hasta el día de hoy no lo ha podido encontrar.
“He preguntado en farmacias del Cotorro, Habana Vieja, Centro Habana, y hasta en Guanabacoa traté de conseguirlo con una amiga mía, pero nada”.
En vista de la alta escasez, algunos médicos se limitaron a seguir recetandolo y por el contrario optan por la opción natural, el tilo.
“Cuando me llega un paciente que necesita sedación, lo que me queda es indicarle tilo”, comenta Jorge, médico general integral.
“Cuando es un caso muy grave se remite al psiquiatra, pero la mayoría de los que me llegan no son casos de psiquiatría. Además, los psiquiatras tampoco tienen muchas opciones para recetar ahora mismo”.
La trifluoperazina, conocida popularmente como “la pastillita de la alegría”, está también ausente de los anaqueles en las farmacias desde hace meses.
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Sin embargo, algunos pacientes han logrado conseguirla con revendedores. Es el caso de Mónica, de Habana del Este, quien llamó a la farmacia de su barrio para preguntar si había y le respondieron que sí.
“Cuando llegué a la farmacia con mi receta, la dependienta me dijo que hacía más de un mes que la trifluoperazina no entraba. Me trató como si yo estuviera loca, hasta me preguntó si estaba segura de haber llamado a esa farmacia y no a otra”.
Mercado negro
Para palear la escasez, los cubanos deben acudir al mercado negro, donde nada escasea pero los precios son extremadamente elevados.
Mónica logró conseguir allí la pastilla que tanto necesita, pero le costó 10 pesos cubanos, cuando su valor regular es de 80 centavos.
“ella las saca de la misma farmacia que no las recibe desde hace un mes. Claro, con la cantidad de gente que las necesita y vendiéndolas a 10 pesos la tira, le sacan 9.20 a cada una, porque cuestan 80 centavos en realidad”.
Según comenta Mónica, la revendedora tenía “encargados” por otros clientes 20 blisters de trifluoperazina y toda una cantidad de medicamentos que supuestamente no entran a las farmacias, pero que ella sí consigue.
Para Mónica, este tipo de negocios es algo “inhumano”.,
“Yo resolví mis pastillas, que me hacen tremenda falta, porque tenía el dinero, pero piensa en la cantidad de gente a las que también le hacen falta y no pueden pagarlas. Es inhumano, jugar con la salud de la gente no se justifica con nada”.
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La doctora Laura, médico general, asegura que la cantidad de personas que necesitan medicamentos como el clordiazepóxido y la trifluoperazina es bastante grande.
“La ansiedad y la depresión son comunes entre los pacientes que atendemos todos los días en consulta. No tengo estadísticas, pero te puedo decir por mi experiencia que la mayoría de mis pacientes están ansiosos o deprimidos, aunque a veces vengan a mi consulta por otras causas”.
Al parecer, estos padecimientos afectan también con frecuencia al personal médico.
“Pregúntame cuántos médicos padecen ansiedad. Porque de mis compañeros de trabajo todos la tienen. Y para nosotros también hay escasez de medicamentos. Si te guías por el surtido de las farmacias, los cubanos tenemos prohibido deprimirnos o estresarnos, pero la verdad es que las cifras son tan visibles que ya no hay quien las oculte”.
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de Diario de Cuba
