Para el profesor de la Unidad de Investigación Cubana de la Universidad de Florida, Jorge Duany, el número de inmigrantes cubanos en aguas del Caribe podrían descender mientras las relaciones entre Estados Unidos y Cuba continúen mejorando. Recientemente, una embarcación cubana se las vio difícil la semana pasada, cuando quedó presa en un arrecife en Islas Caymán, con más de 30 migrantes a bordo. Dos de ellos no se atrevieron a lanzarse al mar por no saber nadar y fueron auxiliados por una unidad de la guardia costera.
Según Duany, el número de personas que intentan salir de Cuba sin visas de inmigrantes hacia Estados Unidos ya ha disminuido sustancialmente y espera que la tendencia continúe a no ser que los cubanos logren encontrar otra ruta hacia Norteamérica o quizás plantarse en otros países.
“Desde el inicio del llamado Período Especial -la crisis económica que se aceleró con la desaparición de la Unión Soviética en 1991- Cuba ha enfrentado dificultades económicas extremas, que es uno de los principales factores motivadores para el creciente número de personas que quieren salir de la isla” comentó.
El especialista recordó que “además, muchos inmigrantes cubanos han expresado su descontento con el Estado monopartidista y su economía planificada de forma centralizada”.
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Es precisamente la acumulación de razones políticas-ideológicas y las necesidades materiales, además de la imposibilidad de optar por medios legales para llegar a Estados Unidos u otros países, lo que ha originado que tantas personas arriesguen sus vidas para buscar oportunidades en otros lugares.
Y ese deseo de una vida mejor a menudo hace ver a las personas correr riesgos mortales, zarpando desde Cuba en embarcaciones destartaladas en una apuesta desesperada por llegar a Estados Unidos. A menudo los barcos se meten en problemas alrededor de las Islas Caimán, forzando a los que están a bordo a aterrizar.
En el verano de 2015, Cuba y los Estados Unidos restablecieron las relaciones diplomáticas que habían sido cortadas durante la Guerra Fría en 1961.
Esto significa que los estadounidenses ahora pueden viajar más fácilmente al país que alguna vez temieron tanto. Pero, según el Dr. Duany, esto no ha tenido un impacto masivo en la calidad de vida cubana.
“El acercamiento parcial entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba no ha mejorado mucho las condiciones de vida de la mayoría de la gente en la Isla”, dijo.
“A pesar del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, el embargo estadounidense contra Cuba sigue vigente, lo que impide la plena” normalización “del comercio, la inversión, los viajes, las comunicaciones y otras transacciones entre los dos países.
“La mayoría de las personas en Cuba continúan llevando una vida cotidiana muy dura, caracterizada por bajos salarios, constantes luchas por encontrar suficiente comida fuera del sistema de racionamiento, pocas oportunidades para el progreso profesional, una infraestructura de viviendas en ruinas y problemas crónicos de transporte”.
La carga financiera de la vivienda, la alimentación, la seguridad y eventualmente la repatriación de los cubanos ha cobrado su precio en las arcas de las Islas Caimán.
El Dr. Duany agregó: “Todo gobierno tiene el derecho de esperar una afluencia ordenada, legal y segura de personas de otros países. Imagínense que las Islas Caimán no tienen suficientes recursos económicos para absorber a un gran número de inmigrantes indocumentados de Cuba, Haití u otros lugares, para el caso.
“No sé de ninguna otra manera para lidiar con este problema. El gobierno cubano ciertamente no puede costear el costo de repatriar a sus ciudadanos”.
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Redacción Cubanos por el Mundo / Traducción al español desde Cayman Reporter
