La hazaña de 2,43 metros que logró Javier Sotomayor al saltar la barra fija en atletismo podría quedar en solo recuerdos, al ser borrada de los récords mundiales.
La Asociación Europea de Atletismo decidió esta semana eliminar todos esos registros que son previo a 2005, pretender comenzar de cero y que esos registros de atletas no sean considerados lo que no puedan ser verificados.
La Asociación europea explicó que las recomendaciones serán llevadas hasta la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) para que sean ratificadas en julio, previo a campeonato mundial a disputarse en Londres. Sebastian Coe, presidente del IAAF, señaló que es “un paso en la dirección correcta”, según reportó la agencia AP.
Los nuevos estatutos señalan que un récord mundial será reconocido si cumple la actuación con tres criterios: se alcanzó en una competición incluida en la lista de justas internacionales que han sido avaladas; el atleta se sometió a una serie de controles antidopaje en los meses previo a la prueba; y la muestra del control tomada tras el récord fue almacenada y quedó disponible para nuevos análisis durante diez años.
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Pues la IAAF guardó y repitió los análisis de muestras de sangre y orina en 2005, así que muchos récords establecidos con antelación a ese año no estarían dentro de los parámetros.
Buscan empezar una “era nueva, limpia y creíble”, según los propulsores, ya que se trata de un deporte manchado de numerosos casos de dopaje. “Es solo la evolución del deporte”, agregó Pierce O’Callaghan, director del grupo especial de la Federación Europea de Atletismo, a AP, el pasado martes. “Solo se trata de recalibrar (los récords) para el siglo XXI”.
Pero en qué terminará el récords del cubano Javier Sotomayor, que el 4 de marzo, de 1989, en el Mundial de Budapest, estableció un récord mundial de altura en pista cubierta, con un salto de 2,43 metros.
Sotomayor es considerado como el más grande saltador de altura de todos los tiempos. En 1993 ganó el premio Príncipe de Asturias del Deporte y se retiró en octubre 2001 a los 34 años de edad, tras una extraordinaria carrera durante la cual sobrepasó veinticuatro veces los 2,40 metros.
Dueños de plusmarcas, como la maratonista Paula Radcliffe y el tripletista Jonathan Edwards, son otros que podrían perder sus récords mundiales.
Radcliffe, quien batió el récord femenino del maratón en 2003, afirmó el martes que la propuesta es “una falta de respeto a atletas con marcas icónicas en la historia”.
Redacción CPEM / Con información de Diario de Cuba
