Reza el dicho que el amor lo puede todo, y este cubano lo cumple al pie de la letra. Juan Palomino, vive en Manzanillo, relata cómo logró amansar a una feroz hiena, que hoy considera parte de su familia.
La vio por primera vez en Ciego de Ávila, cuando apenas era una pequeña bola de pelos. “Niño”, como lo llama Palomino, nació con una pata afectada en el Circo de Granma, lo que conmovió al hombre.
«Yo trabajaba en la seguridad del circo de Granma cuando nació. La tenían recuída en Ciego de Ávila y a mi me daba mucha lástima, porque yo venía un fin de semana y, cuando regresaba, la encontraba en el mismo lugar sin moverse. Entonces le pedí al jefe del circo que me permitiera cuidarla y, desde entonces, vive con mi esposa Adis Vázquez y conmigo, come lo mismo que nosotros, y se ha recuperado casi por completo de la patica lisiada”
Se la llevó a Ciego de Ávila y se convirtió en el fisioterapeuta de “Niño”, le cuidó su patica y la ayudo a sanar.
“Quien siembra amor, recoge amor más tarde o más temprano hasta por parte de una fiera; quien siembra violencia, puede incluso recoger violencia hasta por parte de aquellos que normalmente dan amor”
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El hombre asegura que a pesar de sus instintos salvajes, “Niño” no ha atacado a nadie.
“Solo una vez vino a casa el alimentador del circo, que una vez siendo chiquita le dio una pela, y se le erizaron los pelos, pero le hablé con cariño y enseguida se calmó. Y ya era un animal adulto”
Palomino asegura que la hiena le ofrece un amor totalmente distinto. Sólo la encadena por “precaución cuando la saco a tomar el sol”.
“Lo ideal fuera que viviera libremente en la selva, como aquellas que vi allá en África en 1978, pero nació inválida y de seguro hubiera muerto si la hubieran soltado entre otros animales salvajes”
Afirma que las autoridades no han representado ningún inconveniente sino por el contrario, una veterinaria viene a revisar a “Niño”.
Redacción Cubanos por el Mundo