Tras la decisión de la Fundación Cintas de otorgar becas a cubanos y descendientes de cubanos dentro o fuera de la isla, el pintor y escritor cubano Juan Abreu, decidió renunciar a la beca, calificándola ahora como un “lavado de cara a la dictadura” del régimen de Castro.
“Aprovecho la ocasión para reafirmar mi renuncia al título de ganador (1993-1994 Oscar B. Cintas Fellowship for Painting) de la Beca Cintas. La Fundación Cintas es hoy, en lo que a mi persona concierne, otra pieza de la maquinaria propagandística de la dictadura cubana”, expresó el pintor y escritor Juan Abreu en un texto difundido en El Nuevo Herald.
Este cambio le tomó la decisión a Abreu de “no formar parte” de la vileza. “El Sr. Deupi y la Fundación Cintas son, claro está, libres de poner el dinero del Sr. Cintas y de la Fundación que lleva su nombre, al servicio del lavado de cara de la dictadura de los Castro. Yo escojo no ser parte en forma alguna de semejante vileza”, añadió Abreu.
Para Abreu es “falso que el acercamiento de Deupi y su junta a la dictadura cubana constituya una vuelta a los deseos originales de Cintas”.
“Es falso, obviamente falso, que incluir a los cubanos que viven bajo Castro en el programa de Becas de la Fundación, no sea un cambio de política de la Fundación Cintas. Lo es, y es además una traición al propósito inicial del Sr. Cintas y a lo que ha sido y representado la Fundación Cintas”, añadió.
La definición de la Fundación en relación a los cubanos es la isla, es considerado por Abreu “un acto de gran bajeza moral por su implícito desprecio a las víctimas del castrismo, en tanto ayuda a ‘normalizar’ a los victimarios”.
Abreu no ha sido el único. El historiador del arte Jesús Rosado había calificado la decisión de la fundación como un “cambio de la agenda histórica de la organización”, por lo que decidió renunciar públicamente a la curaduría de una exhibición de la colección Cintas en el American Museum of the Cuban Diaspora y señaló entre sus razones que este giro no se diera antes “en momentos más aciagos de la dictadura cuando los abstractos eran relegados, los miembros de la generación del ochenta eran censurados o arrestados y los movimientos de arte libre e independiente eran silenciados o reprimidos”.
Redacción Cubanos por el Mundo