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¡UNA RESPUESTA NECESARIA! El mensaje de Silvio Rodríguez para Venezuela: ¿Amnesia ideológica o asquerosa inmoralidad?

¡UNA RESPUESTA NECESARIA! El mensaje de Silvio Rodríguez para Venezuela: ¿Amnesia ideológica o asquerosa inmoralidad?
¡UNA RESPUESTA NECESARIA! El mensaje de Silvio Rodríguez para Venezuela: ¿Amnesia ideológica o asquerosa inmoralidad?

La solidaridad del mundo se ha volcado a Venezuela. No obstante, hay quienes desde una óptica absurda, ruin y desfasada continúan no solo justificando lo injustificable sino mintiendo descaradamente sin recordar aquel refrán popular de que quien “rabo de paja tiene, no se acerca a la candela”.

Silvio Rodríguez, cantor cubano y adepto a la revolución salió al paso para expresar su respaldo a la dictadura venezolana, en un mensaje donde desde lejos responsabiliza al “terrorismo de la derecha” y donde además reniega del oscurantismo de la revolución castrista, maestros y pioneros en el arte del terror en Latinoamérica, que no obstante con haber causado daño y opresión en Cuba buscaron en reiteradas ocasiones colonizar el continente con tácticas propias de la guerrilla.

Se trata pues de amnesia ideológica cuando según Silvio Rodríguez, después del “triunfo revolucionario” salir a las calles de La Habana era una aventura, porque “la contrarrevolución ponía bombas, incluso en los cines” cosa que según él jamás hizo la revolución.

Habría entonces que preguntarle al célebre compositor: ¿a qué se dedicaba el Movimiento 26 de julio?

Si, ese movimiento guerrillero liderado por Fidel Castro que perpetró masacres dentro de Cuba. Bien recordada es la “Noche de las Cien Bombas” una acción organizada y ejecutada por el Movimiento 26 de Julio en La Habana, bajo la dirección de su organizador, Sergio González López (El Curita), jefe del grupo de acción y sabotaje del Movimiento. Se trató bien de una insurrección armada que con tal de llegar al poder cobró la vida de miles bajo prácticas terroristas que posteriormente se convirtieron además en terrorismo de Estado.

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O quizás habrá que recordarle a Silvio el nombre de Urselia Díaz Báez quién con tan solo dieciocho años de edad al momento de morir, ya había realizado varios actos terroristas en lugares públicos de La Habana, al que asistían un gran número de personas inocentes, como se muestra en el libro: “Tras las huellas de los héroes,” escrito por la investigadora Nidia Sarabia y publicado en 1980 por la editorial Gente Nueva.

¿Cómo podemos llamarle al primer grupo que secuestró un avión comercial? ¿Héroes? No señor Rodríguez, en la jerga popular eso se llama terrorismo y el apellido sin duda llevará el Castro en la historia.

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Testigos de la historia cubana consultados por Cubanos por el Mundo recuerdan como “sus padres no los dejaban salir a las calles porque los terroristas secuestraban a personas y ponían bombas en cualquier calle, en cines“.

En un intento de ejercitar la memoria de Silvio podríamos recordarle además cómo por órdenes de Raúl Castro, terroristas integrantes del M-26-7 secuestraron 2 DC-3 de vuelos nacionales cubanos, para incorporarlos a la Fuerza Aérea Rebelde que radicaba en la Sierra Cristal, aviones que fueron posteriormente destruidos por la aviación del régimen de Fulgencio Batista en sendos raids aéreos.

Podríamos recordarle a Silvio quien pareciera haber dejado atrás los antecedentes de la revolución que defiende cómo el movimiento 26 de julio llegaba a las haciendas en Cuba extorsionando a propietarios exigiéndoles la entrega del armamento de protección de los productores y de cualquier bien que necesitaran para el momento.

Para el cantautor se trata de una “suerte” que la “burguesía” se haya marchado de la isla con la llegada del castrismo al poder. Esa “suerte” que no era más que el pánico de los que huyeron buscando preservar su vida, lo que quedaba de sus bienes de cara a las expropiaciones, partiendo de ese bien inmaterial de gran valor, eso que en el mundo llaman libertad.

Si usted se salta las páginas de la historia que poco le gustan, yo se las recuerdo. Debe entender usted que fue bajo dos intentos fallidos de golpe de Estado que Hugo Chávez buscó llegar al poder. Por el uso de la fuerza, causando la muerte de inocentes, promoviendo saqueos es que el “comandante Chávez” intentó llegar a Miraflores. Y en consecuencia quien realmente cometió un delito estuvo encarcelado, más no aislado como le hacen ahora a Leopoldo López, preso político de la dictadura chavista.

Los “tiroteos nocturnos” señor Rodríguez se producen en Venezuela y no por “la derecha” sino por una crisis agudizada por la referida revolución que ha permitido que al año mueran más de 28 mil personas en manos de la delincuencia. Ráfagas de disparos se oyen en los barrios venezolanos bajo la permisividad de la impunidad propiciada por un sistema judicial corroído, donde de cada 100 crímenes, 98 quedan impunes.

Si quiere hablar de milicias, debemos decirle que en Venezuela hay un autodenominado “poder popular” conformado por paramilitares que asesinan al pueblo en la calle cuando se claman elecciones. Un disparo en la cabeza sesgó la vida de Paola Ramírez, una joven de 23 años de edad en el estado Táchira, a la que seguramente usted ignora porque poco parece importarle la dignidad humana que tanto predican.

No obstante me atrevo a comentarle que mientas usted se solidariza no con Venezuela, sino con un gobierno escoltado y escondido bajo las mieles del poder, son cuerpos represivos de las fuerzas maduristas quienes asesinan a estudiantes, a jóvenes músicos, deportistas y hasta a médicos voluntarios que atienden la crisis de salud que provocó el chavismo.

Usted está recordando el susto de una explosión que según provocó la contrarrevolución en su país. A mí señor Rodríguez me agobia el pensamiento el llanto incesante de una joven en Táchira llorando a su hermano, un niño de 15 años asesinado por la Guardia Nacional Bolivariana. Usted recuerda la “candela” sobre una tienda y yo estoy recordando la candela sobre un joven que ardió en llamas cuando indignado por el arrollamiento a sus compañeros por una tanqueta se atrevió a quemar una moto de la policía.

Le cuento algo porque quizás a usted sí le den las cuentas, con todas las prebendas recibidas del castrismo. Eso que recuerda de que antes de la revolución las madres vivían de la ilusión “sacando cuentas que nunca daban” en nada ha cambiado. Ni en Cuba, ni en Venezuela. Sino pregúntele a cualquiera en la calle cuántos pueden adquirir un “detalle” en la ahora Manzana Kempinski de La Habana.

No son “sectores bastante amplios de población dedicados a la beligerancia urbana” en Venezuela los que están en las calles. Aunque su asquerosa inmoralidad no se lo permita yo le doy un empujón para que lo llame por su nombre. Se trata de más de un 80 por ciento de la población rechazando a un usurpador que ostenta la presidencia. Se trata de millones librando una pelea en la calle que podrían resolver en las urnas electorales pero a quienes la tiranía le ha bloqueado cualquier elección mediante voto universal, directo y secreto como reza la Constitución de la República.

Más sin embargo coincido con usted en el asunto de la “suerte” de que de Venezuela no se han ido todos los que han podido. Si bien es cierto que el porcentaje de venezolanos fuera del país ha crecido vertiginosamente, en la nación ahora es que queda gente para hacerle frente a la dictadura, algo que en Cuba ha estado bloqueado con una población envejecida en su mayoría y una juventud a la que le han negado el pensamiento universal.

La vida “normal” para una familia la que usted alude dejó de existir en Venezuela, precisamente gracias a la revolución. No se puede llevar una vida normal cuando las necesidades más básicas no están cubiertas. Deje de “imaginar” lo que está viviendo Venezuela y atrévase a ver lo que ocurre en realidad, quitándose las gríngolas que tiene puestas.

El consejo que le dio al comandante es el que precisamente está siguiendo el pueblo de Venezuela. Este país ya ha cometido muchos errores pero no está dispuesto a seguir el ejemplo de supresión cubana. O se resiste a la dictadura o se hunde en la hambruna.

Redacción Cubanos por el Mundo

Written by María Fernanda Muñóz

Periodista venezolana. ¿La mejor arma? Humanidad. Pasión se escribe con P de periodismo

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