En La Habana, proliferan los hoteles de lujo. Con el boom turístico el régimen ha puesto todo su esfuerzo en perfeccionar las antiguas y paupérrimas edificaciones para tratar de brindar un servicio de calidad, lastima que no ponga el mismo esfuerzo para resolver los problemas del país.
Un reportaje del portal CubaNet, revela como los nuevos hoteles prácticamente escupen en la cara del cubano de a pie, que se le es imposible alojarse en una de las lujosas habitaciones por el bajo sueldo que perciben.
Unos 25 dólares al mes no alcanza para entrar al hotel Packard, un cinco estrellas con 321 habitaciones y 10 niveles ubicado en la esquina de Cárcel y el Paseo del Prado, que quedará oficialmente inaugurado en agosto del 2018, según reportó ACN.
Orlando Oramas Pérez de Alejo, director de la Unidad Básica de Inversiones de Almest, dijo a medios oficialistas que el Packard será operado por una cadena hotelera española.
“el Packard será gestionado por la cadena hotelera española Iberostar, a partir de un contrato de administración con Gaviota. La instalación dispondrá de una tienda, salas de reuniones, varios bares y restaurantes y un spa con servicios de belleza; mientras en los pisos ocho, nueve y diez estarán las habitaciones más lujosas, y en el seis un gimnasio y una piscina, con vistas a la entrada de la bahía de La Habana”.
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Lázaro Álvarez, es un cubano que observa como se construye el lujoso hotel, y observa con impotencia algunos otros que han surgido en la capital cubana.
“Los precios de estos Hoteles están totalmente fuera del alcance del cubano medio que trabaja por un salario de 20 dólares al mes. Por muchos hoteles que construyan nosotros los cubanos trabajadores no podemos ni soñar con pasar una sola noche en la habitación más barata. Antes eran prohibidos: ahora que no son prohibidos, son inalcanzables, es lo mismo al final, esta nueva Habana no es para los cubanos”
La nueva habana a la que se refiere Álvarez, encierra más que sólo hoteles lujosos y tiendas con artículos incomprables. Encierra pobreza, hambre, escasez, represión y prostitución.
El turismo ha hecho proliferar todos esos padecimientos, aunque sigue llenando los bolsillos del régimen. Sólo en 2016, La Habana ha recibido un total de 4.035.577 vacacionistas.
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Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de CubaNet
