Tras una inspección en el agromercado Plaza Cerro, de la región capitalina de Cuba, se evidenciaron diversas deficiencias y hechos de corrupción que forzaron sanciones para trabajadores de la entidad.
Según indica un reporte del portal Cubanet, en estos establecimientos la corrupción es notoria y evidente, situación que además se repite en otros agromercados de La Habana, sin que haya autoridad que le haga frente y resuelva la situación, que deriva en robos y en general un balance negativo de la situación.
Son frecuentes, los reclamos y quejas de la población además de la demostración de esta problemática que es poco abordada por los medios oficialistas. Tanto así ha sido las denuncias, que ameritaron la reciente supervisión y algunas medidas tomadas sobre los establecimientos.
“La inspección, en la que participaron cerca de 30 funcionarios estatales vestidos de civil, dictaminó la expulsión de varios trabajadores y otras sanciones de menor alcance como multas o cambios en los puestos de trabajo” publica Cubanet.
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En el reportaje, explican que de acuerdo a comentarios de algunos empleados del agromercado, en el que también se comercializan lácteos, pescados y carnes, en la pescadería se presentan las mayores deficiencias al haber alteraciones en los precios de venta y otras deficiencias como la comercialización de carne de tiburón en mal estado.
Dentro de las medidas se encontraba “la separación definitiva de los dependientes involucrados en la venta de los escualos y que inmediatamente se procediera a tirar este producto a los botes de basura, práctica que ya se ha hecho con otros productos en mal estado por falta de refrigeración”.
Además hicieron un reclamo sobre la falta de higiene y el mal olor que existía en el punto de venta de pescados, producto de la mercancía arruinada y la falta de pulcritud de las dependientes y el personal de limpieza del lugar.
Todo indica que el presidente del Consejo de Administración Municipal, estaría detrás de la “limpieza” institucional, al no estar presente, como suele hacer en la mayoría de actividades y controles se hacía presente, dejó varias sospecha sobre su implicación en esta aparente “limpieza” institucional aunque el hecho no ha podido ser demostrado.
Pedro Niró, vecino del reparto Las Cañas y testigo de la supervisión, reveló al portal que esta la “limpieza” resultó sorpresiva por lo que el no aviso impidió que el mercado preparara condiciones para que “todo saliera bien como suele suceder con este tipo de eventos.”
“Llegó una guagua amarilla y se parqueó detrás del agro. Luego se bajaron los inspectores sin un informe y se regaron por todo el local y empezaron a comprar, a pedir identificaciones y a poner multas a quienes les despachaban, pues al parecer estaban robando. Después vinieron los explotes y lo del tiburón podrido en la pescadería” describió.
Aunque en el establecimiento se han realizado inspecciones, comenta que ninguna ha sido tan grande como esta, ni ha tenido grandes repercusiones.
La supervisión del pasado jueves logró exponer además otras problemáticas como el robo en el pesaje por parte de los tarimeros y vendedores de carne de cerdo. Sin embargo, más allá de las multas y amonestaciones a directivos, estos siguieron en su puesto de trabajo y las rutinas diarias continúan igual que hace una semana lo pone en dudas la capacidad del Estado para acabar con males profundamente arraigados en la sociedad cubana.
Desde el pasado mes de julio, el mercado Plaza Cerro reabrió sus puertas como una “alternativa a los elevados precios de los productos en los mercados de oferta y demanda”. A pesar de haberse mantenido con buenos surtidos y variedad se han registrado múltiples irregularidades en su gestión por lo que las quejas de los consumidores que no se han hecho esperar ante las diferentes instancias gubernamentales.
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de Cubanet
