in

Profesionales en Cuba multiplican sus ingresos trabajando como independientes

José Antonio Torres colgó su bata de enfermero para trabajar como bicitaxi, mientras que Beatriz Estévez cambió los libros de leyes para ser un hada inmóvil en La Habana

La Revolución cubana solo mejoró en la Isla a algunos, muy pocos, los de una cúpula militar y sus allegados, mientras que millares de ciudadanos padecen los embates de la desidia de la dictadura. Los profesionales no subsisten con el sueldo estatal.

José Antonio Torres y Beatriz Estévez, profesionales, enfermero y estudiante de derecho en la Universidad de La Habana, respectivamente, recurren a la calle para hacer su dinero extra y tener una calidad de vida mejor que la que puedan conseguir con un salario básico impuesto por el régimen. Él como bicitaxista y ella como hada inmóvil que atrae a los turistas.

La agencia francesa AFP informó que es una angustia para miles, y un reto para la transición histórica. Después de la muerte de Fidel Castro en noviembre pasado, su hermano Raúl dejará la presidencia en febrero de 2018, tras liderar por 10 años una lenta y cauta apertura dentro del modelo centralizado soviético.

Beatriz está a punto de terminar su carrera universitaria, hasta la década pasada, por cada 100 mil habitantes, 3.328 accedían a la educación en América Latina. Pero en Cuba la tasa fue cinco veces mayor, según un estudio de la Unesco de 2015.

Cuba aún garantiza el acceso universal y gratuito a la educación y salud. Pero la historia al momento de trabajar es otra. Torres ganaba veinte dólares al mes, según AFP. Pero este dejó sus implementos, como la bata blanca en su colgador, y ahora pedalea fuerte en La Habana por sus cuatro hijos.

Mientras que Estévez, de 26 años y soltera, pasa una hora frente a un espejo para maquillarse como hada y cuatro, inmóvil, recibiendo propinas bajo la sombra de la capital cubana.

“En un día puedo ganar lo mismo que un enfermero en un mes, y un poquito más”, justifica el enfermero. Estévez remata: “En un bufete no voy a ganar ni la mitad de lo que gano ahora mismo haciendo de estatua viviente”.

El hada de la calle Mercaderes se lleva 20 dólares en una sola jornada. El sueldo promedio mensual ronda los 29. Un ingeniero industrial recibe, por ejemplo, 32 dólares al mes trabajando ocho horas diarias, recalca la publicación.

Muchos profesionales migran de Cuba en busca de un mejor futuro y libertad en otra nación donde le sea bien reconocido el esfuerzo y el título profesional, mientras que otros se pasean por la Isla, se suman al creciente sector del turismo, como meseros, taxistas o alquilando carros para el disfrute de otros.

Aunque Estévez y Torres les guste ejercer su carrera, se suman al medio millón de cubanos que trabajan por cuenta propia y cuadruplican el salario mensual estatal.

“No tengo pena decir que estudié Derecho y no lo quiero ejercer porque (…) todo el mundo sabe por qué pasan estas cosas”, asegura la joven.

Mientras que Torres asegura que “no fue una decisión fácil (…), pero tenía que buscar una alternativa para seguir manteniendo a mi familia”, tras renunciar a uno de los mejores hospitales de Cuba.

Para complementar la información, el economista cubano, Pavel Vidal, de la Universidad Javeriana de Cali expresó: “no me imagino un trabajador latinoamericano viviendo con 25 dólares mensuales”. Pese a que existe una red de seguridad social que “da cierta protección”, la dualidad monetaria y su consecuente inflación; las reformas a medio cumplir y una inversión extranjera a cuentagotas exprimen el bolsillo.

En la Isla circulan dos monedas locales, se puede ganar en una y gastar en otra. El CUC, la moneda fuerte, está casi a la par con el dólar.

El salario no alcanza, aun cuando cada cubano recibe algunos alimentos subsidiados por la libreta de abastecimiento.

Redacción CPEM / Con información de Cubaencuentro

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Régimen presentará proyectos para “atraer el dinero ruso a Cuba”

“Fresa y Chocolate” hizo más tolerante a Cuba en el tema de diversidad sexual: Jorge Perugorría