El extravagante abogado de la Seguridad Social, Eric Coon, quien se declaró culpable en marzo por un esquema de fraude por $550 millones, ha desaparecido, según anunció la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).
En un comunicado de prensa del FBI, en Louisville, indica que Conn se desprendió el dispositivo de vigilancia electrónica en violación de su fianza, por lo que las autoridades desconocen su paradero.
Este se declaró el pasado marzo como culpable de robar a la Administración de la Seguridad Social y de pagar sobornos a un juez para refrendar las reclamaciones de incapacidad para miles de sus clientes.
Al abogado culpable lo dejaron libre bajo fianza, mientras esperaba sentencia el próximo mes, pero un juez le ordenó que estaría en arresto domiciliario con vigilancia electrónica. Antes de enfrentarse a posiblemente 12 años de prisión y pagar más de $80 millones; $5.7 millones serían para compensar las ganancias fraudulentas; 46,5 millones a la Administración de la Seguridad Social y 31 millones al gobierno y dos denunciantes que ayudaron a dejar en evidencia su mala acción y sus abogados.
Los fiscales que llevaron el caso, tras su detención en abril de 2016 indicaron que debía permanecer en prisión a esperas de su juicio, en parte al riesgo de que pudiera huir. Ahora se le vincula con Ecuador y Cuba, ya que sus compañeros de oficina indicaron haberlo oído decir que podría escapar a esos países para evitar sus cargos criminales y que este había atado sumas de dinero fuera del país, con alambres, según indicó un agente de la Oficina Federal de Investigaciones en una audiencia.
“Si tuviera que salir, para cruzar una frontera, podía ir a donde quiera que ha guardado algo de dinero y huir”, aseguró Trey Alford, fiscal federal adjunto. Sus abogados señalaron que no había huido a pesar de que sabía que durante años estaba siendo investigado y que tenía lazos sustanciales en el hogar, como su madre, ya anciana y su hija adolescente.
El juez Robert E. Wier permitió que el abogado acusado tuviese arresto domiciliario, pero estableció una serie de condiciones, como el monitoreo por GPS en su vivienda en Pikeville. Pero tras conocerse de su fuga, el pasado sábado, un tribunal emitió una orden de arresto, comunicó el abogado jefe del FBI, David Habich.
Su abogado defensor, Scott White de Lexington, indicó en una llamada telefónica que estaba “muy preocupado” por su defendido. “Ciertamente, estamos orando para que Eric haga lo correcto y se entregue porque no es demasiado tarde”.
Redacción CPEM / Con información de Lexington Herald-Leader
